El periódico The New York Times informó esta mañana que las agencias de inteligencia estadounidenses descubrieron horas antes del ataque de Teherán contra bases de Estados Unidos en Irak, que Irán se disponía a lanzar misiles, por lo que lograron alertar a las fuerzas norteamericanas que se encontraban allí.
El mensaje fue recibido alrededor de las 14:00 (hora de Washington), y tres horas después cayeron los primeros misiles en la base Ain Al-Assad, donde había estacionados mil soldados estadounidenses.
Según el reporte de The New York Times, un día antes del ataque iraní, Trump se asesoró con sus allegados para evaluar una posible respuesta en caso de que soldados estadounidenses murieran en una ofensiva iraní. Según el periódico, el aviso de las agencias de inteligencia lograron evitar que no hubiera muertos ni heridos durante los ataques que sólo causaron daños menores a algunas estructuras en las bases.
De acuerdo con The New York Times, los resultados de la respuesta iraní llevaron algo de alivio a Trump, ya que el presidente estadounidense prefería evitar llevar a cabo otra operación militar contra los iraníes.
El periódico estadounidense informó que Trump y sus allegados se reunieron en la sala de crisis de la Casa Blanca, y la jefa de la CIA, Gina Haspel, participó de la reunión mediante una videollamada, ya que se encontraba en la sede de la agencia de inteligencia al norte del Estado de Virginia.
Días antes de la eliminación del comandante de la fuerza Quds de las Guardias Revolucionarias iraníes, Qasem Soleimani, Haspel le manifestó a Trump que el general iraní representaba un mayor peligro que aquel que podría derivarse de los ataques iraníes en respuesta a la eliminación del terrorista. Haspel estimó que había altas probabilidades de que Irán disparara misiles contra bases iraquíes con soldados estadounidenses. Y eso fue exactamente lo que ocurrió luego de la ejecución del general iraní.
En The New York Times señalaron que si bien Haspel no tomó una posición respecto de si eliminar o no a Soleimani, fuentes oficiales que escucharon a la jefa de la CIA aseguraron que entendieron que la agencia de inteligencia estadounidense creía que la eliminación del terrorista iraní llevaría más seguridad al Medio Oriente, y que la región no se inflamaría como consecuencia de la ejecución.