Irán anunció este domingo la "quinta y última fase" de su plan de reducción de compromisos en materia nuclear, y afirmó que se desliga de cualquier límite "al número de sus centrifugadoras" de uranio. El anuncio de Teherán se produce en un contexto de crecientes tensiones entre Estados Unidos e Irán tras la eliminación del general iraní Qasem Soleimani.
En un comunicado, el gobierno de la República Islámica indicó, no obstante, que "la cooperación de Irán con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) continuará como antes".
"Ya no queda ningún obstáculo que dificulte el programa nuclear de la República Islámica de Irán en el plano operativo", ya se trate de la "capacidad para enriquecer uranio, del nivel de enriquecimiento de uranio, de la cantidad del material enriquecido o de la investigación y el desarrollo", señaló.
Aún así, Teherán agregó que "el programa nuclear de Irán, a partir de ahora, se desarrollará únicamente en base a las necesidades técnicas del país".
Hasta ahora, la República Islámica siempre había indicado que necesitaba enriquecer uranio en torno al 5%, un nivel suficiente para producir el combustible necesario para producir electricidad en una central nuclear. El comunicado no explicaba, sin embargo, si las necesidades técnicas del país han cambiado.
El gobierno remarcó que "si las sanciones se retiran, e Irán goza de los beneficios" establecidos por el acuerdo internacional de 2015, la República Islámica está dispuesta "a volver" a la aplicación completa de sus compromisos.