La madrina Rivka sostiene al bebé mientras su esposo realiza la circuncisión.
La madrina Rivka sostiene al bebé mientras su esposo realiza la circuncisión.
Rabino Mendy Zaklas
Circuncisión secreta a inusual en Rusia.

Inusual circuncisión en Rusia: una rabina ofició de madrina

El coronavirus y motivos personales, que incluyeron la oposición de su familia, llevaron a una joven madre a pedirles a los enviados del movimiento jasídico Jabad Lubavitch en Briansk, en el oeste de Rusia, que realizaran la circuncisión de su hijo en secreto, sin invitados. El rabino y la rabina Zaklas aceptaron llevar a cabo la misión: él como mohel y ella como madrina, una tarea habitualmente reservada a los hombres. “Se trata de una situación inusual, que seguramente no volverá a suceder”.

Isaac Tesler - Adaptado por Leandro Fleischer |
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El día viernes se llevó a cabo en Rusia un brit milá (circuncisión) inusual; una enviada del movimiento jasídico Jabad Lubavitch, Rivka Zaklas, tuvo el honor de servir como madrina, una honor que habitualmente reciben los hombres.
Habitualmente, el sandak (padrino) es el encargado de sostener al bebé mientras el mohel realiza la circuncisión. Sin embargo, debido a que en esta ceremonia inusual no había más hombres, la rabina fue honrada como madrina.
El extraño evento tuvo lugar en la ciudad de Briansk, al oeste de Rusia, donde reside Zaklas (36) con su marido, Mendy Zaklas (38), y sus cinco hijos. “Rivka tiene una costumbre: todos los días llama a los miembros de la comunidad que celebran su cumpleaños para saludarlos", cuenta el rabino Zaklas. "Hace dos meses se comunicó con una joven que visitó nuestra comunidad hace un año, como parte del programa juvenil 'Euro-Stars'. Ella había venido a una clase y no ha regresado desde entonces. Mi esposa no se olvidó de ella y la llamó para saludarla. El gesto conmovió a la joven y le contó a Rivka que estaba embarazada y que esperaba un niño”, agrega.
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Circuncisión secreta a inusual en Rusia.
Circuncisión secreta a inusual en Rusia.
Circuncisión secreta a inusual en Rusia.
(Rabino Mendy Zaklas)
La rabina no dudó e inmediatamente le sugirió que si quería realizar el brit milá, ella y su esposo estarían a su disposición. "La semana pasada", relata con entusiasmo el rabino, "la muchacha que vive en una aldea remota en el distrito de Briansk, Rusia, nos llamó para contarnos que el bebé había nacido. A pesar de la oposición de su familia, decidió hacerle la circuncisión a su hijo al octavo día, como lo indica la ley judía".
La oposición de la familia y la crisis de coronavirus derivaron en una solicitud poco usual. “Ella pidió que hiciéramos al circuncisión discretamente en su casa, sin invitados. El viernes pasado, mi esposa y yo fuimos a su hogar para llevar a cabo el brit milá. Dado que yo era el mohel, mi esposa debió ser honrada como la madrina", comenta el rabino. Shlomo fue el nombre elegido para el recién nacido.
“No es una situación normal”
Cabe señalar que en la halajá (ley judía) no hay una prohibición para que una mujer pueda ejercer como madrina en una circuncisión, y la Torá describe cómo Tzipora, la esposa de Moisés, le realizó el brit milá a su hijo. Sin embargo, varios rabinos han dictaminado en el pasado que es preferible otorgar este honor a los hombres. "Es importante enfatizar el lado halájico", explica el rabino Zaklas. "Según la ley judía, una mujer no será la madrina cuando haya un hombre, y la razón de ello está relacionada con el ‘recato’'. En este caso, no sólo no había otro hombre, sino que tampoco era necesario el ‘recato’, ya que se trataba de mi esposa”, afirma sonriendo.
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La madrina Rivka sostiene al bebé mientras su esposo realiza la circuncisión.
La madrina Rivka sostiene al bebé mientras su esposo realiza la circuncisión.
La madrina Rivka sostiene al bebé mientras su esposo realiza la circuncisión.
(Rabino Mendy Zaklas)
La rabina Rivka expresa: “Esta es una situación anormal y que probablemente no volverá a suceder. Esta es una historia de una mujer judía que durante mucho tiempo no se acercó a la comunidad y no vino a la sinagoga, pero hizo un acto que tuvo mucha repercusión”.
El rabino Mendy nació en Kiryat Malachi y la rabina Rivka en Jerusalem. Después de haber contraído matrimonio hace 15 años, decidieron partir hacia Rusia para llevar a cabo una desafiante misión en una ciudad donde residen 500.000 personas y donde hay una comunidad judía conformada por 5.000 integrantes.
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