Los agentes de policía de Pittsburgh, al oeste de Pensilvania, Estados Unidos, que acudieron a la sinagoga en la que hace tres años un hombre mató a tiros a 11 personas, declararon ante el juez este martes que el acusado hizo referencias sobre el asesinato de judío. El detenido, identificado como Robert Bowers, enfrenta más de 60 cargos federales.
El oficial Stephen Mescan fue el primero en testificar en lo que se espera sea una audiencia de dos días: los fiscales buscar usar en el juicio ciertas declaraciones hechas por Bowers el día de la masacre, en octubre de 2018.
Los fiscales federales reprodujeron fragmentos de transmisiones de radio de la policía desde la escena del crimen, incluido uno en el que Mescan asegura que el sospechoso exclama que "todos estos judíos necesitan morir". El oficial le dijo a la jueza de distrito de Estados Unidos, Donetta W. Ambrose, que Bowers hizo varias declaraciones similares ese día.
El acusado, quien enfrenta más de 60 cargos federales, incluidas violaciones de delitos de odio, obstrucción de creencias religiosas y el uso de un arma de fuego durante un crimen de violencia; no estuvo en la sala del tribunal federal de Pittsburgh el martes. Se declaró inocente y se enfrenta a una posible pena de muerte si es declarado culpable.
Las autoridades alegan que Bowers, de 49 años, de Baldwin, Pensilvania, perpetró el ataque más mortífero contra judíos en la historia de Estados Unidos. Además de las 11 víctimas fatales, también hirió a otras siete personas, incluidos cinco policías.
El oficial Clint Thimons dijo que le preguntó a Bowers por qué lo hizo. "Estaba muy tranquilo, contestó que ya había tenido suficiente, que los judíos estaban matando a nuestros hijos y por eso tenían que morir", testificó Thimons.
Un tercer oficial, David Blahut, dijo que no le hizo preguntas a Bowers porque no le habían informado de sus derechos, pero después de ser detenido, Bowers le dijo que "estas personas están cometiendo un genocidio contra mi pueblo y yo quiero matar judíos".
Los investigadores dicen que Bowers abrió fuego con un rifle AR-15 y otras armas durante los servicios religiosos dentro del edificio, matando a ocho hombres y tres mujeres. Fue arrestado luego de que un equipo táctico de la policía lo localizara y le dispararan dos veces en el hombro y una en la pierna.
Tres congregaciones separadas, Tree of Life, Dor Hadash y New Light, estaban llevando a cabo servicios de shabat en diferentes áreas del gran edificio en el vecindario Squirrel Hill, de Pittsburgh, cuando ocurrió el ataque.
Mescan dijo que cuando él y otros oficiales tácticos entraron al edificio, vieron a su derecha a dos víctimas que habían recibido varios disparos en la cabeza y un rastro de sangre que conducía al sótano del edificio.
Se espera que la audiencia continúe el miércoles. Sin embargo, allegados al caso aseguran que las pruebas son más que suficientes para que el acusado sea sentenciado a pena de muerte, ya que en Pensilvania es legal.
