Los bloqueos por parte de los diferentes gobiernos para intentar contener el COVID-19 durante 2020 incrementaron los insultos, el odio y la discriminación contra los judíos en línea. Muchas personas se vieron recluidas en sus casas, por lo que las redes sociales se convirtieron en las plataformas al alcance de la mano para volcar la frustración y el enojo. En ese sentido, y sin fundamentaciones científicas, muchas personas comenzaron a culpar a los judíos por la crisis sanitaria.
Según un informe de la Universidad de Tel Aviv, el aislamiento mantuvo a los judíos alejados de las personas que buscan dañarlos, por lo que los actos violentos se redujeron. En 2019 se registraron 456 incidentes contra religiosos, mientras que en 2020 un total de 371.
Sin embargo, en línea, el panorama es muy diferente. El equipo de investigación descubrió que las teorías de conspiración antisemitas florecieron tan pronto como el coronavirus comenzó a propagarse por todo el mundo, en febrero de 2020. Una de las falsas ideas que se difundió fue, por ejemplo, que Israel había creado el virus para luego rescatar al mundo con lucrativas vacunas (a un año de la pandemia, el Estado judío todavía no registró ninguna vacuna para contrarrestar el patógeno).
En línea, la escena era muy diferente, informaron los investigadores, una posible señal de advertencia de que a medida que disminuyen las restricciones pandémicas, la conducta de odio hacia los judíos podría intensificarse como lo ha hecho durante algunas de las otras luchas históricas de la humanidad.
El temor de muchos de los especialistas es que, un vez que la pandemia se vaya y las restricciones de circulación cesen, los antisemitas saldrán a la calle a encontrarse con los judíos. “El odio nunca permanece en línea”, asegura Moshe Kantor, presidente del Congreso Judío Europeo. Y añade: "Tenemos que estar preparados para que las teorías de conspiración antisemitas puedan conducir a ataques físicos contra los judíos cuando terminen los encierros".
Lo que detectaron en al Universidad de Tel Aviv es que resurgieron formas de antisemitismo tradicionales, culpando a los judíos de propagar enfermedad y ocasionar tragedias. También se registró que los ataques provenían no solo de círculos extremistas, sino también de "poblaciones sin identidades políticas o ideologías bien definidas".
Si bien la tendencia disminuyó sobre el verano, volvió a aumentar en otoño con la noticia del desarrollo de las vacunas. Las profanaciones en cementerios judíos otros monumentos conmemorativos se incrementaron. Lo mismo sucedió con el número de sinagogas vandalizadas.
Mientras tanto, las grandes plataformas de medios como Twitter y Facebook tomaron medidas enérgicas contra las publicaciones racistas y falsas. Pero eso solo llevó a los teóricos de la conspiración a los rincones más oscuros de la web, donde son difíciles de cuantificar, según el informe.