En la ciudad de Stuttgart, Alemania, comenzó ayer el juicio a 12 miembros de un grupo de extrema derecha acusados de planear ataques contra políticos, judíos, musulmanes y otras minorías, con el objetivo de provocar una guerra civil y destruir la democracia del país.
Once de los acusados fueron detenidos el febrero del año pasado por su pertenencia a una organización terrorista y delitos relacionados con armas, mientras que el 12° juzgado fue sentado en el banquillo por apoyar a una organización terrorista.
El Grupo S se fundó en 2019 y según los fiscales federales tenían planes para atacar a políticos y miembros de diferentes minorías, entre ellas judíos, con el objetivo de alterar el orden y ponerle fin a la democracia alemana. Mantenían vínculos con otras organizaciones de extrema derecha y según la acusación intentaron reclutar “combatientes crueles, rápidos e inteligentes”.
Todos los acusados acreditan entre 32 y 66 años, y expresaron apoyo a los nazis y no ocultaron su odio hacia los extranjeros. Dos de los líderes organizaron tres reuniones en las que los presentes realizaron entrenamientos de tiro. Uno de los objetivos políticos del Grupo S era Robert Habeck, referente del Partido Verde alemán.
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Uno de los acusados del Grupo S intenta tapar su rostro durante el inicio del juicio.
(Getty Images)
Las actividades terroristas fueron denunciadas el año pasado cuando uno de sus miembros decidió abandonar la organización e informar a la policía sobre los planes del Grupo S. El 14 de febrero de 2020 la policía allanó las casas de los miembros del grupo y desde entonces permanecen detenidos.
El juicio comenzó en un contexto de gran temor en Alemania por la escalada de violencia de parte de grupos de extrema derecha. En 2020 los delitos de este tipo alcanzaron niveles récord en muchos años, a tal punto que el ministro del Interior, Horst Seehofer, definió al terrorismo de extrema derecha como “la mayor amenaza a la seguridad” de Alemania.
