La sinagoga es el único vestigio que queda de la vibrante comunidad judía de Wislowitz.
La sinagoga es el único vestigio que queda de la vibrante comunidad judía de Wislowitz.
El patio de la casa donde fue hallada la fosa común con los restos de 60 judíos asesinados durante la Shoá.

Polonia: hallaron los restos de 60 judíos asesinados durante la Shoá

Los judíos habían vivido en la aldea de Wislowitz desde el siglo XIV, pero después del Holocausto no queda ningún rastro de ellos ni del poblado donde residían, aparte de la sinagoga que se ha conservado y funciona como museo. Por lo tanto, los emisarios de la organización internacional "Shem Olam" se sorprendieron al recibir información sobre una gran fosa común que se encuentra en el patio de una casa particular. En el lugar se hallaron los restos de 60 judíos asesinados en el Holocausto, 20 de ellos niños. Se erigirá un monumento en el lugar.

Itamar Eichner - Adaptado por Leandro Fleischer |
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Una fosa común de 79 años, cuya existencia se desconocía, fue descubierta en el patio de una casa particular en la aldea Wojslawice, o Wislowitz por su nombre judío, en Polonia. En el lugar habían sido enterrados 60 cuerpos, 20 de los cuales eran niños. El pueblo, donde vivían entre 1.500 y 2.000 judíos antes del Holocausto, se extinguió y todos sus habitantes fueron asesinados por los nazis. Después de siglos de vida judía en el sitio, hoy sólo queda la sinagoga, que funciona como museo.
Después de que la información sobre la fosa común llegara a los emisarios de la organización internacional “Shem Olam”, se iniciaron una serie de inspecciones y dos ancianos que residen en la aldea señalaron la ubicación estimada de la tumba. Resultó que la misma se encontraba en el área de una casa particular. Un emisario pidió permiso a su dueño para buscar en la propiedad y con la ayuda de equipamiento tecnológico se logró hallar la fosa común.
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El patio de la casa donde fue hallada la fosa común con los restos de 60 judíos asesinados durante la Shoá.
El patio de la casa donde fue hallada la fosa común con los restos de 60 judíos asesinados durante la Shoá.
El patio de la casa donde fue hallada la fosa común con los restos de 60 judíos asesinados durante la Shoá.
("Shem Olam")
Los miles de judíos que vivían en el pueblo fueron asesinados en un breve período de tiempo, poniendo fin de esta manera al linaje de las familias y la memoria de todo el lugar
El rabino Avraham Krieger, presidente de la organización que dirigió la operación desde Israel, afirmó que se decidió no cavar en la tumba y conformarse con establecer un monumento en cooperación con el alcalde de la aldea. "En la primera etapa, colocaremos un letrero de metal, se vallará el lugar y se escribirán los nombres de los judíos que se sabe con seguridad que están enterrados allí", manifestó el rabino.
"Pudimos conocer los nombres de algunos de los judíos enterrados en la fosa común. También pudimos saber, entre otras cosas, las identidades de tres familias, que llegan a una veintena de personas entre los abuelos, los padres y los niños. Se trata de las familias Shimon Lang y sus descendencia, la familia Gershon Fish y su descendencia y la familia Pavel Mendel y sus descendencia".
El rabino agregó que durante la búsqueda “se hallaron huesos de personas y se recolectaron testimonios de los habitantes no judíos de la aldea. Los locales confirmaron que los judíos del lugar fueron asesinados y sus cuerpos fueron arrojados a un pozo”.
No quedan rastros
En la aldea judía de Wislowitz, en el distrito de Chelm, había vivido una comunidad vibrante durante cientos de años, y allí se realizaban actividades religiosas, educativas y sionistas. Con la invasión nazi en 1939, en el pueblo se estableció un "gueto abierto", es decir, si bien funcionaba como gueto, se abría y cerraba en determinados horarios. Los judíos fueron obligados a realizar trabajos forzados y humillantes, sus propiedades fueron confiscadas, y en las primeras semanas murieron alrededor de un centenar de residentes.
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La sinagoga es el único vestigio que queda de la vibrante comunidad judía de Wislowitz.
La sinagoga es el único vestigio que queda de la vibrante comunidad judía de Wislowitz.
La sinagoga es el único vestigio que queda de la vibrante comunidad judía de Wislowitz.
"No imaginamos que después de tantos años podríamos realizar un hallazgo de este tipo y erigir un monumento en memoria de los judíos que murieron allí"
Rabino Avraham Krieger, presidente de "Shem Olam"
En 1941, los judíos ya estaban concentrados en un gueto cerrado, y en 1942 fueron deportados a campos de trabajo y exterminio. Al mismo tiempo, se cavaron dos pozos en la aldea, que sirvieron como fosa común cada vez que los nazis ejecutaban a judíos en el lugar. Poco antes de que la guerra llegara a su fin, los judíos que permanecieron en el pueblo fueron trasladados a los campos de exterminio de Wlodawa y Belzec, donde fueron asesinados.
Los miles de judíos que vivían en el pueblo fueron asesinados en un breve período de tiempo, poniendo fin de esta manera al linaje de las familias y a la memoria de todo el lugar. Desde entonces, a lo largo de los años, Wislowitz ha sido conocida como una aldea que se extinguió durante el Holocausto y no queda rastro de ella, a excepción de la sinagoga, que se conserva y funciona como museo.
"Tenemos el privilegio de erigirles un monumento"
El año del coronavirus fue una oportunidad para que los emisarios de “Shem Olam” en toda Europa hallaran información nueva e inusual. La mayoría de las bibliotecas y archivos de Polonia se cerraron debido a la pandemia, y los representantes de la organización debieron buscar información de formas nuevas y creativas. Llegaron a las casas de los habitantes realizaron búsquedas en el área, hicieron recorridos por pueblos remotos y dialogaron con residentes de pueblos donde vivían judíos durante el Holocausto.
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Rabino Avraham Krieger.
Rabino Avraham Krieger.
Rabino Avraham Krieger, presidente de "Shem Olam".
Luego les llegó información nueva y sorprendente, según la cual algunas personas sabían que había una fosa común en la aldea Wislowitz. El emisario llegó al lugar y comenzó a recopilar información. Tres personas que residen en el pueblo, dos ancianos y un joven, describieron el presunto lugar donde habían escuchado de sus padres, o visto por sí mismos, la gran tumba. Llevaron al enviado de “Shem Olam” a un área donde había un patio de una casa particular. Tras recibir la autorización del dueño de la propiedad, logró encontrar la ubicación exacta de la fosa común con la ayuda de equipamiento tecnológico.
"Después de tantos años, es difícil lograr un descubrimiento tan escalofriante", dijo el rabino Krieger. "Sin embargo, encontramos una nueva fosa común que no sabíamos que existía. No imaginamos que después de tantos años podríamos realizar un hallazgo de este tipo y erigir un monumento en memoria de los judíos que murieron allí".
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