En un mensaje de video que conmemoraba el 80° aniversario de la masacre de Babi Yar, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, compartió el miércoles pasado una historia personal de cómo su padrastro desafió la negación del Holocausto por parte de la Unión Soviética.
Entre 1941 y 1943, los nazis alemanes fusilaron entre 70.000 y 100.000 personas en un barranco en la capital ucraniana de Kiev, incluidos 33.771 judíos, en septiembre de 1941.
El presidente Isaac Herzog se unió el miércoles a sus homólogos Volodymyr Zelensky, de Ucrania, y Frank-Walter Steinmeier, de Alemania, para una ceremonia en el lugar para recordar a las víctimas de la masacre.
En una declaración en video publicada en la página de Twitter de la Embajada de Estados Unidos en Kiev, el principal diplomático estadounidense señaló que durante décadas los soviéticos intentaron encubrir los crímenes de los nazis y negaron que los judíos fueran las principales víctimas.
"Durante gran parte de las últimas ocho décadas, el mundo no recordó lo que sucedió en Babi Yar. Pero los nazis no fueron los únicos que intentaron enterrar lo que había sucedido. Durante décadas, la historia soviética omitió que las 33.771 víctimas de esos primeros dos días, y decenas de miles más ejecutados después, eran judíos. Y que fueron asesinados porque eran judíos", señaló Blinken.
Luego pasó a contar la historia de cómo su padrastro judío, Samuel Pisar, que sobrevivió al Holocausto, participó en una delegación estadounidense que participó de un diálogo extraoficial con líderes soviéticos, en 1971, en una conferencia en Kiev.
La delegación soviética mostró hostilidad e hizo comentarios antisemitas, lo que llevó a Pisar a iniciar un diálogo sobre los peligros del antisemitismo y el odio étnico y racial e invitó a los soviéticos a visitar Babi Yar.
Blinken describió cómo el mismo día la delegación estadounidense decidió visitar el lugar de la masacre. “Entonces llegó otro autobús. La delegación soviética descendió y se unió silenciosamente a la visita", comentó Blinken. “Después de esa visita, dijo mi padrastro, el tono del diálogo se suavizó considerablemente”.
Pisar, un destacado abogado que fue cofundador de Yad Vashem Francia, murió en 2015 a la edad de 86 años.
Pisar “sabía que una de las formas más poderosas de conquistar el odio es mostrarle a la gente adónde conduce: sus consecuencias humanas. Hizo que esos delegados vieran que fácilmente podría haber sido una de las personas enterradas en ese barranco", agregó Blinken.
"Sabía que cuando no recordamos, o cuando borramos intencionalmente partes de nuestra historia, deshumanizamos aún más a las víctimas. Y nos privamos a nosotros mismos, y a las generaciones futuras, de las lecciones que debemos aprender y seguir", finalizó el más alto diplomático norteamericano.