Centenares de judíos ortodoxos que intentaban participar de una importante peregrinación en Ucrania quedaron bloqueados este martes en la frontera entre este país y Bielorrusia, debido a las medidas contra el coronavirus, en condiciones "catastróficas", según denunciaron.
De acuerdo con información que proviene de Bielorrusia, unas 700 personas han quedado atrapadas en "tierra de nadie" entre ambos países desde el lunes, cerca de la ciudad ucraniana de Novi Yarilovichi. Pero algunos de ellos afirman que son aun muchos más.
"Estamos bloqueados aquí sin dinero, sin techo, sin comida ni bebidas", señaló por teléfono a la AFP Haim Weitshandler, de 40 años, procedente de Jerusalem, quien se encuentra varado junto a su hijo de 13 años.
Según relató Witshandler, más de 1.300 personas, entre hombres, mujeres y niños, en su mayoría procedentes de Israel, pero también de Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos, se encuentran en este lugar.
Algunos afirman que han estado tratando de llegar a Ucrania desde hace tres semanas, según Weitshandler, quien dice que estuvo allí durante 10 días. “Rogamos al gobierno israelí que acuda en nuestra ayuda”, prosiguió, al tiempo que señaló que la situación es una verdadera “catástrofe humanitaria”, en la que hay "gente enferma y hambrienta, bajo la lluvia y con frío".
Decenas de miles de peregrinos judíos jasídicos viajan cada otoño a Umán (centro de Ucrania) para visitar la tumba del rabino Najman de Breslev (1772-1810), fundador de una rama del judaísmo ultraortodoxo, con motivo del Año Nuevo judío.
Este año, sólo 3.000 peregrinos eran esperados en Ucrania debido a las medidas restrictivas aplicadas por las autoridades contra la propagación del coronavirus, por lo que las celebraciones previstas del 18 al 20 de septiembre serán bastante modestas.
En agosto, cuando se aproximaba la celebración, los gobiernos ucraniano e israelí llamaron a los judíos jasídicos a no viajar a Uman, una ciudad de de 80.000 habitantes, ante el temor de un alza de los contagios tras esta peregrinación.
Las autoridades ucranianas prohibieron después por un mes la entrada de extranjeros, exceptuando únicamente a los que poseían una carta de estadía en Ucrania y a miembros de delegaciones oficiales internacionales.
Pese a las advertencias, centenares de peregrinos se congregaron en masa en la frontera de Ucrania llegando desde Bielorrusia. La situación es tal que el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, planteó al jefe de la guardia nacional de fronteras, Serguéi Deineko, que se ocupe del asunto.
Por su parte, el ministro del Interior israelí, Arié Dery, solicitó al presidente ucraniano que permita ingresar a estos peregrinos.
El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, cuyas relaciones con Ucrania son difíciles a causa del movimiento de protesta que sacude a su país, criticó a Kiev por “cerrar sus fronteras” y aseguró que desde Minsk se brindará toda la "ayuda necesaria", afirmó la agencia nacional de noticias.
La Cruz Roja bielorrusa advirtió que los peregrinos no cuentan con "recursos suficientes para cubrir sus necesidades".