Nisán es el primer mes del calendario hebreo y las diversas comunidades de Israel -desde la comunidad argelina, hasta la iraní- lo celebran a su manera. Heli Tabibi Barkat, fundadora y directora del proyecto "Calendario Hebreo: estableciendo los días festivos por generaciones”, contó sobre Bsisa, la fiesta más importante para los judíos migrantes del norte de África, que tiene lugar el primer día del mes. "Durante la Bsisa se pide bendición, abundancia y éxito. La ceremonia reúne a toda la familia y con una llave se mezcla un bol con cebada, cereales y especias”, explicó.
El primer día del mes de nisán tiene múltiples significados a lo largo de la historia: simboliza el año nuevo para los reinados de Israel, el día de la creación del mundo, el día en que se fundó el Tabernáculo -santuario itinerante creado por los judíos en el desierto bajo las órdenes dictadas por Dios a Moisés en el Sinaí- y un día en el que le sucedieron diez cosas buenas al pueblo de Israel.
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Cada miembro de la familia incorpora aceite a un bol de harina y mezcla con una llave.
(Wikipedia)
La noche de la Bsisa es, por lo tanto, una jornada solemne en que se agradece a Dios por todo el bien que brindó y se le pide que abra las puertas del cielo e insufle con su bondad a todos los seres.
En la inauguración del Tabernáculo, los líderes de las tribus de Israel hicieron un sacrificio que consistió en una ofrenda de “una fuente de plata de ciento treinta siclos de peso; un tazón de plata de setenta siclos, según el siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina de trigo mezclada con aceite, como ofrenda vegetal” (Números, 7:13). Estos son los elementos rituales que se simbolizan durante esta celebración especial.
En la noche de la Bsisa, cada miembro de la familia a su turno, incorpora aceite al bol con harina de cebada y especias y mezcla con la ayuda de una llave. A lo largo de la noche se agregan almendras, dátiles y azúcar. Cada cual formula sus deseos y recibe los buenos deseos de los demás.
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"Festejamos juntos por zoom": invitación a la celebración en el marco de la pandemia de coronavirus.
(Cortesía)
El uso de la llave tiene como objetivo simbolizar la “apertura” de las puertas del bien, con la esperanza de que las manos de toda la familia estén llenas todo el año. La esencia del ritual es que cada uno se alegra de poder bendecir a los que lo rodean. La apertura hacia la abundancia no se considera una cuestión personal, sino colectiva.
Las joyas de las mujeres tienen un lugar especial en la celebración. Durante el ritual sus collares, anillos, pulseras y aros también se sumergen en la mezcla. La historia detrás de esa práctica se remonta a la construcción del becerro de oro, el ídolo construido por el pueblo judío ante la desconfianza en su líder Moisés durante su ascenso al Monte Sinaí.
Según la tradición, durante aquel episodio conocido como “el pecado del becerro”, las mujeres escondieron sus joyas de los hombres que venían a pedirlas para fundir y formar la estatuilla. Esas mismas mujeres entregaron después sus joyas a Moisés para formar la piedra angular que dio comienzo a la construcción del Tabernáculo. Tal evento tuvo lugar el primer día del mes de nisán y la esperanza que transmite la celebración es que en ese día se vuelva a construir el antiguo santuario del pueblo de Israel. El oro representa la piedra angular y la mezcla, el cemento para construir.
