Decenas de manifestantes nacionalistas interrumpieron una ceremonia de conmemoración a las víctimas judías del pogrom de 1941 en la ciudad de Jedwabne, en Polonia, en un hecho que pone de manifiesto el tenso debate que se da en el país europeo sobre la responsabilidad por las atrocidades cometidas durante la Segunda Guerra Mundial.
Los nacionalistas llegaron al lugar con banderas y carteles y se manifestaron en el lugar donde rezaban las personas en conmemoración del pogrom el último sábado, en el aniversario del trágico episodio. Un grupo aún mayor, entre los que estaba presente el rabino principal de Polonia, se reunió el domingo para recordar a las víctimas.
El pogrom de Jedwabne incluyó la masacre de 300 judíos que habitaban en la pequeña ciudad
El gran rabino de Polonia, Michael Schudrich, sostuvo en diálogo con la Agencia Telegráfica Judía (JTA, por sus siglas en inglés) que algunos nacionalistas también se hicieron presentes el domingo, pero con una asistencia mucho menor.
“Fue un pequeño grupo de cinco o seis personas que no hicieron nada para interferir con la ceremonia”, señaló. Sin embargo, el rabino remarcó que el hecho se da en el marco de un “tema muy serio”, que involucra la postura del gobierno polaco sobre la memoria del Holocausto.
El pogrom de Jedwabne incluyó la masacre de 300 judíos que habitaban en la pequeña ciudad. El hecho no había sido investigado en profundidad hasta la publicación en 2001 de "Vecinos: la destrucción de la comunidad judía en Jedwabne, Polonia", del historiador polaco-estadounidense Jan Tomasz Gross.
“Este gran cementerio es testigo no solo de la cantidad de judíos que vivían en Jedwabne, sino del tiempo que vivieron aquí. Cientos de años”
Michael Schudrich, gran rabino de Polonia
Gross sostiene en su investigación que la masacre fue llevada a cabo por civiles polacos, no por fuerzas nazis. El libro provocó un intenso debate sobre la complicidad polaca en el Holocausto que aún continúa.
Algunos de los nacionalistas que se manifestaron atacaban en sus carteles la figura del historiador. Al frente de la protesta se encontraba Robert Bąkiewicz, que organiza cada año en noviembre una marcha nacionalista por Varsovia.
Las organizaciones vinculadas a Bąkiewicz recibieron este año fondos por 800.000 dólares del Instituto Nacional del Patrimonio del Pensamiento de Polonia, una entidad que depende del Ministerio de Cultura del gobierno.
El instituto también subvencionó la producción de una película sobre el pogrom cuyo propósito es demostrar que los alemanes son los principales responsables por la masacre.
Antes de su oración de conmemoración del domingo, el rabino Schudrich expresó: “Este gran cementerio es testigo no solo de la cantidad de judíos que vivían en Jedwabne, sino del tiempo que vivieron aquí. Cientos de años”.