La única medallista olímpica femenina de Irán afirmó en las redes sociales que abandonó su país porque ya no quería ser utilizada por las autoridades como una herramienta de propaganda.
La campeona de taekwondo, Kimia Alizadeh, que ganó una medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Río 2016, manifestó que emigró a Europa.
"Nadie me ha invitado a Europa y no me han hecho ninguna oferta tentadora. Pero acepto el dolor y las penurias de la nostalgia porque no tenía intenciones de formar parte de la hipocresía, la mentira y la injusticia”, expresó.
Mahin Farhadizadeh, viceministro de Deporte iraní, declaró: "No he leído la publicación de Kimia, pero según tengo entendido ella siempre ha tenido intenciones de continuar sus estudios en fisioterapia", informó la agencia de noticias semioficial iraní ISNA.
Alizadeh explicó que las autoridades de la República Islámica atribuyeron su éxito a su gestión y al hecho de que usaba el velo islámico, que es obligatorio en Irán.
“Soy una de las millones de mujeres oprimidas en Irán con la que han estado jugando durante años. Me puse lo que me dijeron y repetí cada frase que me pidieron”, manifestó.
"Ninguno de nosotros es importante para ellos, sólo somos herramientas", añadió.
La atleta indicó que, mientras el gobierno explotaba sus medallas políticamente, los funcionarios la humillaban con comentarios como "No es adecuado que una mujer estire las piernas".
El domingo, Alizadeh parecía desgarrada por la decisión que tomó.
“¿Debo comenzar con hola, adiós o debo expresar mis condolencias? Hola gente oprimida de Irán, adiós gente noble de Irán, mi más sentido pésame a ustedes que siempre están de luto”, expresó.
La semana pasada, 176 personas, muchos iraníes con doble ciudadanía, murieron cuando el ejército de la República Islámica derribó por error un avión ucraniano.
Alizadeh es la tercera deportista iraní en tomar la decisión de dejar de representar al país en los últimos meses.
En diciembre, la Federación de Ajedrez de Irán comunicó que el campeón de ajedrez, Alireza Firouzja, había decidido no representar a Irán debido a que las autoridades le prohibieron competir con ajedrecistas israelíes.
Tres meses antes, la Federación Internacional de Judo señaló que el judoka iraní Saeid Molaei se había negado a regresar a Irán por temor a su seguridad, después de ignorar las órdenes de la federación de no participar de las luchas durante un campeonato para evitar competir en una final con un israelí.