Palestinos y ciudadanos judíos se arrojaron piedras, sillas y fuegos artificiales durante la noche en un tenso vecindario de Jerusalem Este, foco de una disputa de tierras, por lo que varias familias palestinas podrían ser desalojadas, informaron las autoridades el martes.
La amenaza de los desalojos avivó las protestas y los choques el mes pasado en vísperas de la guerra de 11 días en Gaza y supone una prueba para la nueva coalición de gobierno israelí, que incluye tres partidos proasentamientos pero espera dejar a un lado la cuestión palestina para evitar divisiones internas.
Los israelíes que reclaman las casas alegan que las viviendas están construidas en tierras que eran propiedad de judíos antes de la Guerra de Independencia de 1948
Policías y agentes fronterizos israelíes dijeron que detuvieron a cuatro sospechosos en el barrio de Sheikh Jarrah. No estuvo claro quién empezó los altercados. Según los reportes, una mujer habría resultado herida al ser alcanzada en la espalda por una piedra, señaló la policía.
El servicio de emergencias de la Media Luna Roja indicó que sus equipos trataron a 20 palestinos, incluyendo a 16 por gases lacrimógenos y espray de pimienta y a otros heridos por balas cubiertas de goma. Otras dos personas resultaron heridas, incluyendo un anciano que recibió un golpe en la cabeza, agregó.
Según la Media Luna Roja, los ciudadanos israelíes arrojaron piedras a una de sus ambulancias.
El estallido de violencia es la última fricción en Sheikh Jarrah, donde semanas de disturbios captaron la atención internacional antes de la guerra entre Israel y Hamás del mes pasado. El alto el fuego entró en vigor el 21 de mayo, pero la disputa de tierras en el vecindario continúa.
Y esto hace que el ciclo de tensión perdure en una complicada primera prueba para el nuevo gobierno israelí, que asumió el poder hace poco más de una semana.
La intervención del fiscal general de Israel en el apogeo de los disturbios ha suspendido los desahucios más inminentes. Pero los grupos de derechos humanos apuntan que los desalojos podrían seguir en los próximos meses a medida que se disipe la atención internacional, dando lugar a otro posible derramamiento de sangre.
Israel capturó Jerusalem Este, donde hay lugares sagrados para judíos, musulmanes y cristianos, en la Guerra de los Seis Días de 1967 y la anexionó a su territorio en un movimiento no reconocido por la comunidad internacional. Israel considera toda la ciudad como su capital, mientras que los palestinos quieren que Jerusalem Este sea la de su futuro Estado.
Los israelíes que reclaman las casas alegan que las viviendas están construidas en tierras que eran propiedad de judíos antes de la Guerra de Independencia de 1948.
La ley israelí les permite reclamar estas propiedades. Sin embargo, los palestinos afirman que ellos no pueden hacerlo con sus fincas y casas que perdieron en el mismo conflicto.