Los niños de Ashdod atravesaron por días duros en los momentos que se llevaba a cabo la Operación Guardián de los Muros en mayo. Durante los combates permanecieron en casa, cerca de los espacios protegidos, atentos y alertas. Tenían miedo, pero también mucha curiosidad. Querían saber cómo funciona el sistema Cúpula de Hierro que los protege de los ataques desde Gaza y quiénes son los combatientes que operan las baterías que interceptan los cohetes.
La semana pasada, tras el alto el fuego alcanzado entre Israel y las organizaciones terroristas en Gaza, los alumnos de la Escuela Integral Guimel de Ashdod visitaron a los combatientes de la Cúpula de Hierro en una batería ubicada cerca de la ciudad y que interceptó la mayoría de los cohetes disparados desde la Franja. El emotivo encuentro tuvo lugar tras una jornada de clases, después de que los estudiantes volvieran a la rutina una vez finalizados los combates.
Durante la Operación Guardián de los Muros, Ashdod y Ashkelon fueron los objetivos de la mayoría de los cohetes lanzados desde Gaza, y las baterías de la Cúpula de Hierro funcionaron las 24 horas del día
Para los niños, el encuentro con los combatientes fue especialmente significativo, ya fueron los soldados de esa batería quienes se encargaron de evitar ataques directos contra sus hogares. De hecho, la conversación fue fascinante. Los alumnos querían saber cómo funciona la batería Cúpula de Hierro, y escucharon con entusiasmo las explicaciones de la comandante de la batería, una oficial cuya numerosa familia, que reside en Ashdod, se preocupó por ella durante el conflicto.
Pero no solo los estudiantes tenían curiosidad e hicieron preguntas. Los soldados también querían escuchar lo que sucedió en las ciudades y pueblos que protegieron durante los combates.
La comandante de la batería dio una cálida bienvenida a los alumnos. "Las personas que ven aquí son en realidad los combatientes que los están cuidando. En este lugar hay una batería con tres lanzadores que protegen a Ashdod. Los soldados permanecen aquí 24 horas y llevan a cabo una dura labor física para introducir los misiles antibalísticos a la batería. El control está en otro lugar, y desde allí se presiona para poder interceptar los cohetes", explicó brevemente la comandante.
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Impacto de un cohete en Ashdod durante la Operación Guardián de los Muros.
(Arik Marmur)
Pero los niños curiosos querían saber más. El primero en preguntar fue Saar Podova (8), un niño inteligente que a sus ojos toda la operación de interceptación de cohetes parece un juego de computadora imaginario. "¿Cuándo sabes si viene un misil o no?", preguntó el alumno. La comandante respondió: "Tenemos un radar que detecta el objetivo, nos alerta aquí, y luego sale un misil antibalístico".
La comandante se interesó por la forma en que el niño vivió los 11 días de combates. "¿Cómo atravesaste los días de la operación?", preguntó la comandante. Saar respondió: "No salí de la casa nunca. Era muy peligroso y aterrador, pero confiaba en que la Cúpula de Hierro interceptara los misiles”.
La estudiante Eden Nirman (10) también quiso compartir su experiencia personal. “En nuestra casa el área protegida también es el cuarto de mi hermano, y a veces no me permite entrar, pero discuto con él y al final me deja. Yo también confío en la Cúpula de Hierro", afirmó.
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Niños de Ashdod escuchan las explicaciones de la comandante de la batería de la Cúpula de Hierro.
(Gadi Kablo)
"Nos alegra ver a las personas a las que protegemos y escuchar sus experiencias durante el conflicto. Nos fortalece"
Comandante de la batería de la Cúpula de Hierro en Ashdod
Durante la Operación Guardián de los Muros, Ashdod y Ashkelon fueron los objetivos de la mayoría de los cohetes lanzados desde Gaza, y las baterías de la Cúpula de Hierro funcionaron las 24 horas del día. Se dispararon 253 cohetes contra Ashdod y se registraron 135 intercepciones de 146 intentos, lo que representa un éxito del 94%. Durante los combates, 20 personas resultaron levemente heridas en la ciudad. Por lo tanto, Cúpula de Hierro ha salvado las vidas de muchos habitantes de Ashdod.
La comandante de la batería manifestó: "Nos alegra ver a las personas a las que protegemos y escuchar sus experiencias durante el conflicto. Nos fortalece. Nos emociona saber que les gusta la Cúpula de Hierro y que confían en nosotros".
Eden Nirman compartió otra experiencia vivida durante los combates. "Un misil cayó cerca de mi casa, en el barrio donde vivo. Mi casa no sufrió daños y no hubo víctimas, pero la vivienda impactada por el cohete simplemente desapareció. Todo quedó destruido. Era como si no estuviera allí. Fue duro ver eso. Hay un refugio en la zona donde resido y estuvimos allí mucho tiempo junto a todos los niños del vecindario”, relató.
Su amiga Roni Kravetz (10) recordó: "Un misil cayó justo al lado de mi casa. Sucedió de noche, y cuando me desperté por la mañana vi un apartamento realmente destruido. Afortunadamente no hubo víctimas porque todos se encontraban en el refugio en ese momento”. Y agregó: “La verdad es que ya hemos vuelto a la rutina bastante rápido y todo se ha olvidado”.
La comandante preguntó a los niños si se sentían protegidos con la Cúpula de Hierro. Saar contestó: "Confío en la Cúpula de Hierro, salva vidas, los soldados son nuestros héroes, me gustaría ser un combatiente en una batería". El niño también tiene su propia explicación de cómo funciona el sistema de defensa antiaérea. "Cuando llega un misil malo de Hamás desde Gaza, el radar lo detecta, luego los misiles salen hacia el cielo, alcanzan al misil malo y lo hacen estallar. Es como una película. Parece un juego de computadora”, concluyó.
