La Corte de Magistrados de Jerusalem extendió este domingo por cuatro días el arresto del rabino Aharon Ramati, quien supuestamente dirigió una secta en Jerusalem. El representante de la policía sostuvo en la audiencia que las mujeres que se quedaron en el seminario Be’er Miryam no fueron obligadas a quedarse allí, pero evitaron abandonarlo debido al lavado de cerebro que habían sufrido.
El oficial de la policía añadió: “Hemos descubierto más hechos luego de escuchar los testimonios en la prensa, y nos comunicamos con las mujeres para que realizaran una declaración. El sospechoso demostró que no se puede confiar en él, debido a que intentó entorpecer la investigación. Tampoco hay dudas respecto de su peligrosidad”.
Según el representante de la policía “uno de los abusos contra un menor atribuidos al rabino fue contra su propio nieto. Otro fue contra una de las niñas que fueron a escuchar una de sus charlas. El rabino intentó trasladar a los niños a otro lugar desde el momento en que se le informó acerca del allanamiento".
Según la policía, 50 mujeres y 10 niños se encuentran entre las víctimas de la secta. Ramati está sospechado de retenerlos en condiciones esclavizantes y de abusar sexualmente de algunos de ellos. Junto al rabino fueron detenidas otras ocho mujeres. Según la policía, dos de ellas están acusadas de asistir al rabino a cometer sus crímenes.
El rabino Ramati dirige el seminario desde hace más de una década en Jerusalem.
El representante de la policía manifestó que “en ese seminario no se dictaban clases de Torá. Se les enseñaba a las mujeres a someterse al director de la secta. El rabino sabe hablar con ellas. Poco a poco logró separarlas de su familia”. Y agregó: “El dinero entregado por las muchachas fue utilizado para, entre otras cosas, comprar un auto para Ramati”.
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El rabino está acusado de retener a mujeres y niños en condiciones esclavizantes
(Policía Israel)
El rabino negó las acusaciones en su contra. Al ingresar al tribunal, la semana pasada, expresó: “Nadie cree que esto sea verdad. ¿Los pequeños en la casa? Tal vez sean mis nietos que vinieron a visitarme”. Y al ser consultado acerca de si las personas se encontraban en condiciones esclavizantes, afirmó: “Es una tontería”.
Se cree que las mujeres que pertenecían al presunto culto eran explotadas sexualmente, y que se forzó a algunas de ellas a poner las manos en las llamas para que aprendieran “cómo se siente el infierno”.
La investigación en torno del supuesto culto fue abierta hace varios años, pero se reanudó recientemente, luego de que varias mujeres que escaparon recurrieron a las autoridades.
