En las elecciones de septiembre Ayelet Shaked fue la única mujer que encabezó la lista de uno de los partidos que logró ingresar a la Knesset. De cara a las elecciones del 2 de marzo esta vez no será la número 1, pero la alianza que integra sí se destaca por la presencia femenina en los puestos importantes.
Yamina, la unión de partidos de derecha que reúne a diferentes facciones de sionismo religioso, tendrá cinco mujeres entre los primeros 10 candidatos, todas ellas con chances ciertas de resultar electas para el próximo parlamento. Y Shaked, proveniente de HaYamín HaJadash, es la tercera postulada de la lista.
Idit Silman ya integró la Knesset y volverá a ocupar un asiento si su partido obtiene al menos 7 mandatos. La periodista Sara Bek fue inscripta en el puesto número 8 de la lista. La sigue Shirli pinto, de 30 años, una activista social sorda que se desempeña como asesora del alcalde de Ramat Gan en cuestiones de discapacidad y accesibilidad. Y en el 10º sitio está Orit Strook, quien ya ejerció funciones parlamentarias entre 2013 y 2015.
"Un 50% de mujeres, es la lista más femenina de la Knesset", aseguró con orgullo Shaked tras el cierre de listas. Y los números le dan la razón: las 5 mujeres ubicadas en la primera decena de Yamina superan a las 4 de Avodá-Guesher-Meretz, a las 3 de Yisrael Beiteinu y a las 2 inscriptas por la Alianza Árabe Conjunta.
Los dos partidos principales también anotaron solamente a dos mujeres entre las primeras diez. Para una referencia más amplia, entre los primeros 40 postulados Kajol Labán cuenta con 15 mujeres, mientras que el Likud registró a 12.
En tanto Yahadut HaTorá y Shas, los dos partidos ultraoxtodoxos del mapa político israelí, no cuentan con presencia femenina en su primera decena de candidatos.