Para los israelíes, la primera noche de Pésaj fue diferente este año a todos los demás debido a que esta vez tuvieron que realizar la tradicional cena bajo un toque de queda destinado a detener la propagación del coronavirus.
En lugar de grandes celebraciones familiares, muchos israelíes salieron a sus balcones para cantar las canciones de la Hagadá de Pésaj. Los cánticos se oyeron en todo el país.
En un vecindario de Be'er Sheva, los residentes locales colocaron sus mesas del séder (cena de Pésaj) en la calle, decididos a compartir el espíritu de las fiestas respetando las restricciones que, entre otras limitaciones, no permiten las reuniones masivas.
En Givatayim, cerca de Tel Aviv, la jefa de la policía local, Revital Karko, realizó un recorrido por la ciudad con un mensaje especial para los residentes locales.
"Residentes de la ciudad de Givatayim, esta es la jefa de la estación", exclamó a través de un altavoz. "Los queremos y les deseamos felicidades. Cuiden su salud".
Los residentes aplaudieron y vitorearon en respuesta al mensaje de apoyo de Karko.
Esta semana, Israel impuso restricciones especiales por la festividad de Pésaj en un intento por detener la propagación del virus.
Las personas sólo pudieron celebrar el séder con su núcleo familiar, en tanto que se prohibieron los viajes interurbanos hasta el viernes.
Además, un toque de queda total entró en vigencia el miércoles a las 3 pm y finalizó el jueves por la mañana.
En hospitales de todo Israel, los equipos médicos con trajes de protección prepararon comida especial de Pésaj para pacientes con coronavirus. El séder más grande del mundo se celebró en el Dan Panorama Hotel en Tel Aviv, que actualmente alberga a unos 500 infectados. .