La policía israelí implementó este viernes un operativo especial que restringe el acceso a la Ciudad Vieja de Jerusalem, sitio turístico, histórico y sagrado a nivel mundial.
Se trata de una medida enmarcada en el anuncio que realizó el jueves a la noche el primer ministro Benjamín Netanyahu, que imponen carácter obligatorio a las pautas emitidas por el Ministerio de Salud para evitar la propagación del coronavirus.
Las restricciones limitan drásticamente el tránsito de personas por la vía pública, más allá de excepciones vinculadas a necesidades esenciales, y autorizan a las fuerzas de seguridad a aplicar la ley en caso de incumplimientos de parte de ciudadanos.
Como parte de este operativo en la capital israelí, en la habitual oración de cada viernes en la mezquita del Monte del Templo se permitió el acceso a un número limitado de fieles musulmanes.
El Muro de los Lamentos, el sitio más sagrado del judaísmo, lució desierto, así como las calles de piedra del barrio que en circunstancias normales cada día es visitado por miles de turistas.