"En las carreteras no siempre se escucha la alarma", relató Maimon a Ynet, "de repente vi un enorme globo de fuego desde el carril opuesto con una gran explosión que sacudió mi automóvil". Si bien el rabino salió ileso, el impacto dañó su vehículo.
Posteriormente, Maimon continuó conduciendo y frenó su auto sobre la ruta en cuanto pudo hacerlo. "Me detuve para ver el daño y qué había sucedido, vi que el parabrisas trasero estaba roto, y luego salí y vi las puertas llenas de agujeros, pero yo no tuve ni un rasguño", señaló el rabino, "me quedé aturdido durante unos minutos para digerir la situación".
- Tal vez sea un milagro que no haya alarma, porque si así fuera, te hubieras quedado al costado del camino, en el lugar fue el golpe directo.
"Puede ser, lo he estado pensando por un tiempo, pero la verdad es que es difícil cuando reconoces que cualquier otra situación podría haber terminado mal", manifestó Maimon, y agregó: "Si hubiese ido a menor velocidad, las balas que golpearon el asiento trasero podrían haber dañado el delantero, y si iba más rápido, vi que también golpeó a un automóvil ubicado allí, así que digo que estaba en el lugar correcto y en el momento correcto, me enseñaron que cada bala tiene una dirección, y realmente lo vi de forma tangible ayer".
Cuando sufrió el impacto, Maimon se dirigía a Ashdod, la ciudad donde trabaja en una institución para niños en riesgo: "Elegí comenzar el día allí para ver que todo estaba bien con los niños".
