En una llanura de los Altos del Golán aparecen, de repente, banderas estadounidenses e israelíes y una placa dorada en la que se lee "Ramat Trump" ("Altos de Trump"). En este territorio, hay una comunidad que lleva el nombre del presidente estadounidense.
Durante su primer mandato, Donald Trump ha resultado ser un aliado preciado de Israel. Ha reconocido la anexión del Golán, ha calificado Jerusalem de capital de Israel y ha apadrinado los recientes acuerdos de normalización de las relaciones entre el Estado judío con Emiratos y Bahrein.
Por todo ello, el primer ministro Benjamín Netanyahu ha declarado que el actual presidente estadounidense es el "mayor amigo" que Israel haya tenido nunca. Una de las muestras tangibles de ese legado se encuentra en los confines de los Altos del Golán, cerca de las fronteras de Líbano y de Siria.
Para rendir homenaje al presidente estadounidense, que reconoció la anexión realizada por Israel en 1981 de gran parte de esa meseta estratégica, arrebatada a Siria durante la guerra de los Seis Días (1967), Netanyahu inauguró allí en junio de 2019 la comunidad Ramat Trump (Altos de Trump).
En la práctica, ese lugar relativamente aislado ya era un pueblo poblado a principios de los años 1990 por familias judías que habían abandonado la antigua Unión Soviética. Solo cinco de ellas siguen allí, con el objetivo de hacer renacer su comunidad.
"Desde la declaración de Trump [sobre el Golán] y la decisión de construir aquí, constatamos un incremento en el interés de los inversores [...] Es un cambio enorme", señaló Haim Rokash, jefe del Consejo Regional del Golán.
¿Tan solo el principio?
Para noviembre, se espera la llegada de veinte nuevas familias a Ramat Trump. Faltan solo unas semanas, por lo que las excavadoras trabajan sin descanso en la zona. Y podría ser solo el principio.
Según Shai Toni Yeheskel, responsable de las Relaciones Exteriores en el Consejo del Golán, un terreno fértil salpicado de viñedos y vergeles, el objetivo es añadir 20 familias cada año a la colonia durante la próxima década.
"Por primera vez en casi 30 años, los residentes de aquí tienen esperanza [...] Esto se convertirá en el centro del Golán", vaticinó.
Los habitantes de Ramat Trump, una población bastante envejecida y viviendo en casas endebles y estropeadas, convive estos días con varios jóvenes que se preparan para realizar el servicio militar.
"Nosotros les ayudamos, les llevamos la compra, les hablamos, cuidamos de que estén bien", explicó Ayelet Schwab, de 18 años, residente en Efrat, un asentamiento israelí en Cisjordania.
Actualmente viven en los Altos del Golán unos 25.000 habitantes, junto a 23.000 drusos, que se reivindican sirios en su mayoría, si bien tienen el estatus de residentes en Israel.
En los Altos del Golán, los responsables de las comunidades insisten en que esas tierras acabarán estando bajo el control israelí de forma indefinida.
"Tenemos numerosos hoteles en el Golán, pero no suficientes habitaciones. Planeamos la construcción de nuevos establecimientos en el futuro", dijo Yeheskel.