Hoy sábado 19 de septiembre se cumple en Israel el primer día de cumplimiento de cierre general dispuesto por el gobierno. Israel se encuentra en una fase crítica de esta segunda ola de contagio de COVID-19, pues día a día supera récords de contagios y también de fallecidos.
Este sábado, mientras se observaba un alto acatamiento a las medidas recomendadas desde el Ministerio de Salud, se observan rutas israelíes desiertas, lo mismo que los paisajes que a esta altura del año suelen estar llenos de personas.
La pandemia de coronavirus no pasa sin dejar rastros en Israel, donde por primera vez se superó el umbral de los 600 pacientes graves, de los cuales 165 necesitan asistencia respiratoria.
También por primera vez se produjeron 30 muertos en un día, lo que lleva el total a 1226 fallecidos desde el inicio de la pandemia.
También se conocieron datos oficiales que indican que en las últimas dos semanas Israel ha experimentado un salto dramático en la morbilidad, que se ha extendido y donde las comunidades más afectadas, la árabe y la ultraortodoxa, ya no son las únicas con alta tasa de contagio sino la circulación del virus se ha expandido.
Por otro lado, el aumento de pacientes críticos y de quienes necesitan ser conectados a un respirador artificial está haciendo que el sistema de salud se vea sobrecargado, algo que no pasó durante la primera ola de la pandemia en Israel.
En este sentido, el Ministerio de Salud publicó una lista con las localidades más afectadas, que de acuerdo con el plan semáforo ideado por el director nacional del Proyecto Coronavirus, Ronni Gamzu, estarían señalizadas con el color rojo. Ellas son: Ashdon, Beer Sheva, Ashkelon, Rehovot, Holon, Hadera, Netanya, Rishon Lezion, Bnei Brak y Petah Tikva.
A pesar de que el cumplimiento de las medidas dispuestas en el cierre general resultó de alto cumplimiento, unas 200 personas se movilizaron nuevamente contra el primer ministro Benjamín Netanyahu por el manejo de la pandemia. Al igual que ocurre en otros países, estas personas protestaban contra el cierre y portaban carteles que decían, entre otras cosas, que en el pueblo israelí “no son ovejas” como para ser conducidos al cierre general y acusaban al gobierno de actuar “contra el pueblo”.
Luego de la protesta los manifestantes, en una playa de Tel Aviv, optaron por entrar al mar mientras un avión de la policía les anunciaba que estaba prohibido permanecer en la playa.