Bnei Brak.
Bnei Brak.
Yair Sagi
Sinagoga en Elad.

1.300.000 israelíes pasaron ayer el primer toque de queda nocturno

Tras una serie de retrasos, idas, vueltas y presiones, anoche comenzó oficialmente el cierre nocturno en 40 ciudades y localidades con alta morbilidad.

Eitan Glickman y Hassan Shaalan - Adaptado por Adrián Olstein |
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Al caer la tarde, se cerraron las tres entradas y salidas en la localidad de Fureidis, un pueblo árabe al sur de Haifa. No se trata de una medida sencilla para los residentes, que, sin embargo, cooperaron de forma plena con la policía y entendieron que era una restricción necesaria en su propio bien.
Hosni Rami, dueño de un café en la ciudad cerró las puertas de forma puntual a las 19 horas. "Hay que respetar las instrucciones, es un virus peligroso", comentó. Otro residente que trabaja como pintor en Krayot explicó que el cierre y las restricciones afectan su fuente de ingresos: "¿Quién me va a compensar?", preguntó y agregó: “Pero entiendo, se están salvando vidas”.
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Elad.
Elad.
Sinagoga en Elad.
(Ener Green)
Mucha de la atención está puesta en la celebración de casamientos, principal fuente de contagios. "Las bodas nos mataron", explica el concejal Ayman Marai, "ya no se van a festejar más”. Umm al-Fahm también colaboró con la tarea policial. Los oficiales explicaron las medidas sanitarias a los comerciantes y cerraron sus negocios.
Pero todavía hay quienes se animan a subestimar la propagación del virus. Ayer se celebró un casamiento con cientos de invitados en el norte de Israel. "No lo puedo posponer", explicó el novio, "deberían haber declarado un cierre en todo el país, no solo a nosotros".
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Immanuel.
Immanuel.
Immanuel.
(Yariv Katz)
En la ciudad ultraortodoxa de Immanuel, los residentes expresaron su frustración: "Los criterios para cerrar una ciudad son el sombrero y el shtreimel”, señaló un ciudadano en referencia a la vestimenta típica haredí.
"Estimados residentes, cierren los comercios y vayan a sus casas", anunciaba ayer la policía desde un patrullero que circulaba por la calle principal de Bnei Brak. Los vecinos siguieron paseando tranquilamente.
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Bnei Brak.
Bnei Brak.
Bnei Brak.
(Yair Sagi)
Las yeshivot (plural de yeshivá en hebreo) tampoco se vaciaron y uno de los estudiantes dijo anoche: "Mañana nos vamos a levantar a rezar como de costumbre. El coronavirus también es peligroso para los que van a una manifestación o de compras a un centro comercial”. Y otro joven agregó: "Esto es discriminación contra los ultraortodoxos y los árabes".
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Beit Shemesh.
Beit Shemesh.
Beit Shemesh.
(Alex Kolomoisky)
Sin embargo, está claro que los habitantes de Bnei Brak respetan el uso de máscaras. "Realmente salvan vidas", dijo uno de ellos. "No como los cierres nocturnos”, comentó.
En la ciudad de Beit Shemesh, cuatro agentes de la Policía de Fronteras se convirtieron en el punto de atracción: repartieron helados a los niños que habían llegado hasta allí para gritarles contra la medida de cierre. Luego, los niños permanecieron en silencio a un costado, mirando cómo controlaban los automóviles que pretendían ingresar a la ciudad.
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