El director del único hospital de Bnei Brak renunció a su cargo el jueves, solo horas después de que calificara al sector ultraortodoxo de "masa revoltosa que mata gente".
Los enfrentamientos entre policías y manifestantes han estallado en ciudades predominantemente ortodoxas de todo el país, incluida Bnei Brak, durante la última semana, en momentos que las fuerzas de seguridad intentaban hacer cumplir las restricciones sanitarias en esas comunidades, donde se suelen ignorar las directivas destinadas a detener la propagación del coronavirus. Según los funcionarios de salud, más del 40% de los casos recién diagnosticados se originaron en comunidades ultraortodoxas.
En una entrevista con la emisora pública Kan, el director del hospital Maayanei Yeshua, el profesor Moti Ravid, dijo que nunca había visto un grupo de personas tan revoltoso "que realmente mata a la gente".
"No entiendo cuál es la conexión entre la religión y lo que están haciendo, se les enseñó a aceptar todo y no dar nada a cambio durante años", agregó.
Horas más tarde, la dirección del hospital manifestó su pesar por sus declaraciones, "en las que se expresaron palabras abusivas que no deberían decirse contra el público ultraortodoxo en general y contra los rabinos en particular".
Los altos funcionarios del hospital señalaron que debido a la gran desconfianza que se ha generado entre el profesor Ravid y el público ultraortodoxo en Bnei Brak, debió dejar su puesto.
"Son expresiones escandalosas que dañaron emocionalmente a nuestros pacientes", indicó un alto funcionario del hospital. "Estas son palabras que no deberían haberse dicho en este momento, cuando la ciudad se encuentra en el período más difícil de su historia. Como resultado, no le quedó otra opción más que dejar su lugar", agregó.
El hospital sostuvo que está "orgulloso de continuar sirviendo al público de todos los ámbitos mientras preservamos la santidad y el valor de la vida humana, de acuerdo con nuestras sagradas enseñanzas, como lo hemos hecho hasta el día de hoy".