Los enfrentamientos se produjeron este lunes en la ciudad sureña de Ashdod, cuando la policía intentó dispersar a miles de ultraortodoxos que asistían al entierro del rabino Mordechai Leifer, que murió tras contraer coronavirus. Quienes se acercaron a despedir al jefe de la dinastía jasídica de Pittsburg, Estados Unidos, no cumplieron con las medidas sanitarias, lo que provocó la intervención de las fuerzas de seguridad.
La dinastía jasídica de Pittsburg fue fundada en la ciudad siderúrgica estadounidense hace unos 100 años y hoy tiene su centro en Ashdod.
A pesar de que Ashdod fue clasificada por el Ministerio de Salud como uno de los principales focos de contagios en Israel, los ultraortodoxos fueron habilitados por las autoridades para despedir al rabino. Sin embargo, ante la concentración de personas, la policía intervino y provocó el enojo de los asistentes.
El rabino, quien falleció el domingo a la edad de 64 años, dirigió la pequeña comunidad jasídica en Ashdod durante casi 30 años. Debido al pequeño número de seguidores, nunca fue considerado uno de los líderes del movimiento jasídico, pero tuvo una influencia considerable en la ciudad costera.
Hace dos meses contrajo el virus y debió ser hospitalizado en el Centro Médico Laniado de Netanya, debido a su grave estado. Tras casi 60 días internado, finalmente el domingo falleció.
El líder de Yisrael Beytenu, Avigdor Liberman, criticó la ceremonia fúnebre y el manejo de la pandemia por parte del gobierno. "Estas imágenes representan un escupitajo en la cara del Estado”, dijo el opositor.
"La comunidad ultraortodoxa está intentando alcanzar la inmunidad colectiva debido al fracaso del gobierno de Benjamín Netanyahu. No hay liderazgo, presupuesto, toma de decisiones, políticas o control”, agregó.
"Para que la salud pública y la economía se reconstruyan y este bloqueo termine, Netanyahu y los partidos haredíes deben pasar a los bancos de la oposición lo antes posible", afirmó Liberman.
(Incidentes entre ultraortodoxos y policías en Jerusalem)
Desde el sábado se han producido una serie de enfrentamientos entre ultraortodoxos y las fuerzas de seguridad debido a la oposición de muchos miembros de la comunidad haredí de acatar las restricciones impuestas por el gobierno para detener la propagación del coronavirus.
Hoy (lunes) la policía arrestó a 31 manifestantes en Jerusalem y Bnei Brak durante violentos incidentes en esas ciudades.
