El padre de Britney Spears contrató a una empresa de seguridad israelí que lo ayudó a someter a su hija a una vigilancia intrusiva, sostiene un nuevo documental del New York Times sobre la terrible experiencia de la cantante.
La cantante de pop estadounidense, que calificó de “abusivo” el contrato que le dio a su padre el control sobre sus asuntos por 13 años, tenía en su habitación un dispositivo de escucha para registrar las conversaciones con su novio e hijos, según denuncia el documental Controlling Britney Spears (Controlando a Britney Spears).
Según el documental, en el centro de la opresiva red de vigilancia en torno a la superestrella estaba la firma de propiedad israelí Black Box Security (BBX), que "se especializa en las diferentes necesidades de seguridad de clientes de alto perfil", según su sitio web.
La fuente principal de la película, Alex Vlasov, ex asistente y gerente de ciberseguridad de operaciones en Black Box Security, cuenta que trabajó en estrecha colaboración con el fundador y director ejecutivo de Black Box, Edan Yemini.
El abogado de Yemini respondió que “el señor Yemini y Black Box siempre se han comportado dentro de los límites profesionales, éticos y legales, y están particularmente orgullosos de su trabajo para mantener a salvo a la señora Spears durante muchos años".
Mientras tanto, Jamie Spears presentó una petición el mes pasado para poner fin a su tutela sobre Britney, alegando que reconoce que la cantante ahora "cree que puede manejar su propia vida".
Las afirmaciones del documental se producen meses después de que se revelara que la empresa de seguridad israelí NSO permitió que gobiernos de todo el mundo utilizaran indebidamente su producto insignia de software espía, Pegasus, para espiar a disidentes, periodistas, trabajadores de derechos humanos y posiblemente incluso a jefes de estado.