Centro de pruebas de coronavirus en Jerusalem.
Centro de pruebas de coronavirus en Jerusalem.
Gil Yohanan
Una niña se somete a una prueba en Jerusalem.

La vuelta a clases y las fiestas amenazan los esfuerzos para limitar la cuarta ola de casos

Los expertos aseguran que el riesgo persiste, a pesar de que más de 500.000 israelíes recibieron el refuerzo de la vacuna la semana pasada. Un dato alentador: la tasa de pruebas positivas registra una tendencia a la baja.

The Media Line - Adaptado por Juan Martín Fernández |
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La vida en Israel casi había vuelto a la normalidad tras la exitosa campaña de vacunación contra el coronavirus, elogiada en gran parte del mundo. Los restaurantes habían vuelto a la actividad y los israelíes acudían en masa al aeropuerto internacional Ben Gurion para disfrutar sus vacaciones de verano en el extranjero. Sin embargo, una cuarta ola de contagios que comenzó hace tres meses provocó un número vertiginoso de casos y un importante retroceso.
En cuestión de semanas, se pasó de apenas cientos de infecciones diarias a los 11.316 nuevos casos de la semana pasada, una cifra récord para el país de 9,4 millones de habitantes. El brote obligó a las autoridades a promulgar una serie de medidas para tratar de recuperar el control de la propagación del virus. Por caso, el certificado de vacunación se restableció como condición para ingresar a espacios públicos cerrados como restaurantes y gimnasios.
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Una niña se somete a una prueba en Jerusalem.
Una niña se somete a una prueba en Jerusalem.
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(EPA )
Es importante destacar que también se redefinieron la pautas para acceder al certificado. Mientras que anteriormente todos los israelíes vacunados y recuperados podían recibir un pase válido hasta el 31 de diciembre, a partir del 1 de octubre, si han pasado más de seis meses desde la recuperación o la segunda inyección, se requiere una tercera dosis. Además, las autoridades anunciaron que todos los israelíes mayores de 12 años pueden programar su dosis de refuerzo.
Más de 2,6 millones de israelíes han sido vacunados por tercera vez, de los cuales 2 millones lo hicieron en el último mes. Con este avance, el porcentaje de pruebas positivas ha comenzado a disminuir en los últimos días: mientras que el jueves pasado el 8,4% de las pruebas realizadas dieron positivo, el domingo el porcentaje fue del 5,5%.
En ese sentido, el profesor Eran Segal, asesor del gobierno y creador del modelo de detección del COVID-19 del Instituto Weizmann de Ciencias, expresó un optimismo cuidadoso. "Hay signos de que Israel puede haber superado el pico de la ola de contagios con la variante Delta", declaró, refiriéndose a la cepa altamente infecciosa del virus.
Por otra parte, Segal se mostró cauteloso ante el inicio de las clases y apuntó que septiembre puede significar un desafío en la lucha de Israel contra el coronavirus: la semana pasada, 2 millones de niños regresaron a las escuelas para sentarse juntos en aulas cerradas, mientras que un número menor seguirá estudiando de forma remota.
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Una mujer mira mientras los alumnos de primer grado se sientan en clase.
Una mujer mira mientras los alumnos de primer grado se sientan en clase.
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(AFP)
El plan del Ministerio de Educación para la reapertura incluyó pruebas serológicas generalizadas en los estudiantes para encontrar niños recuperados no identificados previamente, quienes quedarían exentos de los requisitos de cuarentena. En total, se analizaron unos 400.000 y se descubrió que el 10% portaba anticuerpos.
Además, un esfuerzo de último minuto para testear a todos los niños de 3 a 16 años de edad -utilizando kits caseros- localizó 8.000 nuevos casos. Alrededor de 180.000 menores habrían sido puestos en cuarentena si estas infecciones no se hubieran descubierto, estima el Ministerio de Educación.
De cara a los próximos días, las autoridades sanitarias están adelantando otra ronda de pruebas caseras para contrarrestar la propagación del virus en Rosh Hashaná, que se celebrará durante dos días a partir de la noche del 6 de septiembre.
Si bien los estudiantes no están obligados a portar un certificado de vacunación o recuperación reciente para ingresar a las escuelas (y las pruebas dependen de la aprobación de los padres), los docentes y el personal educativo sí deben presentar el pase para ingresar a los establecimientos.
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Pruebas serológicas para estudiantes de una escuela ortodoxa en Elad.
Pruebas serológicas para estudiantes de una escuela ortodoxa en Elad.
Pruebas serológicas para estudiantes de una escuela ortodoxa en Elad.
(Yair Sagi)
Recientemente, la Asociación de Maestros de Escuelas Secundarias se ha dirigido a la Corte Suprema en un esfuerzo por anular la exención de los estudiantes mayores de 12 años del requisito de un certificado sanitario. La organización afirma que esta medida convierte a las escuelas en "lugares de trabajo peligrosos" y exige que los estudiantes no vacunados y no examinados sean excluidos de las aulas.
Sin embargo, Merom Shiff, presidente de la Unión Nacional de Padres, lamentó la apelación a la corte. "Israel tiene una ley de educación obligatoria y los niños pertenecen al sistema educativo. Ya hemos visto los efectos negativos de las clases vía Zoom", afirmó. "La solución son pruebas y vacunas adicionales para disminuir las posibilidades de infección, pero los niños ciertamente no deberían sufrir y ser excluidos de las escuelas debido a la decisión de sus padres de no vacunarlos", continuó Shiff.
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Centro de pruebas de coronavirus en Jerusalem.
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(AFP)
Además de la reapertura del sistema educativo, las fiestas del calendario judío que comenzaron esta semana con Rosh HaShaná, el año nuevo judío, también pueden contribuir a la propagación de la pandemia. Los expertos han expresado su preocupación de que estas reuniones resulten especialmente peligrosas, ya que los miembros jóvenes de la familia pueden exponer a sus parientes ancianos, que corren un riesgo mucho mayor.
Las oraciones largas en sinagogas cerradas también podrían resultar peligrosas para los asistentes. Por eso, el Ministerio de Salud ha instado a los israelíes en varias ocasiones a rezar al aire libre para minimizar el riesgo de infección.
De este modo, unos días después de la reapertura de las escuelas, y con las primeras comidas familiares el lunes por la noche, aún no está claro quién ganará: la tercera dosis de la vacuna de Israel o la cuarta ola de COVID-19.
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