El gran rabino sefaradí de Israel Yitzhak Yosef instó a los integrantes de las comunidades religiosas a dejar encendidos sus teléfonos durante el Shabat. El pedido busca mantener activas las vías de comunicación con la población para informar sobre la propagación del coronavirus.
"No hay duda de que cualquier persona confirmada con el virus debe tener su teléfono encendido durante el Shabat para actualizar su estado", dijo el rabino en una carta al ministro de salud, Yaakov Litzman. "Incluso aquellos que no se hicieron el test, deberían tener su teléfono encendido para recibir la información, en caso de que hayan estado cerca de un paciente infectado, que deben entrar en cuarentena", agregó.
Además, el rabino informó que "un grupo de vehículos dotados con altavoces recorrerá las calles durante el Shabat en comunidades religiosas y ultraortodoxas para enfatizar la importancia de la cuarentena".
En la carta enviada a Litzman, el rabino indicó además que las sinagogas de los hospitales también deberán cerrarse, ya que no se puede garantizar la distancia mínima de dos metros entre personas.
Por primera vez desde el comienzo del brote, el municipio de Bat Yam decidió cerrar todas las sinagogas dentro de su jurisdicción. "Es una decisión difícil", informó en un comunicado el municipio. "Pero está claro que si dejamos abiertas las sinagogas, es probable que mueran las personas mayores". La nueva directiva afectará a decenas de miles de personas y cerrará unas 140 casas de culto en la ciudad.
Desde el rabinato informaron también que las oraciones realizadas en el hogar y de manera solitaria ya son suficientes, dado que las pautas del Ministerio de Salud prohíben las reuniones de más de diez personas.