El sistema educativo israelí planifica el regreso a las escuelas a partir de septiembre, cuando finalicen las vacaciones de verano, pero este martes en el Comité de Derechos del Niño de la Knesset se debatió sobre la falta de accesibilidad para realizar clases a distancia a la luz de la crisis del coronavirus.
Yosef Jabareen, presidente del comité y miembro de la Lista Árabe Conjunta, denunció que unos 140.000 alumnos israelíes no disponen de computadoras y tablets. “La mayoría de ellos son árabes, no pudieron participar de la educación a distancia desde marzo, y parece que también tendrán dificultades para iniciar el próximo año escolar”, señaló.
Ofer Rimon, subdirector de tecnología del Ministerio de Educación, refirió al respecto que hasta la fecha no había recibido los 50 millones de shekels (14,6 millones de dólares) que el Tesoro había aprobado para tal fin. El funcionario sugirió como solución que las escuelas dispongan de un número limitado de computadoras que estén a disposición de los alumnos a modo de préstamo, y reveló una charla que tuvo con autoridades escolares del sector beduino: “Me dijeron que con 60 computadoras se arreglaban”.
Esa frase desató la reacción de Said El Harumi, también integrante de la alianza árabe. “¿Estás hablando de 60 computadoras para 400 alumnos? No estoy dispuesto a escuchar este desprecio, es un insulto. Hace dos meses se prometió el dinero, si no lo tienes dilo y listo”, afirmó el parlamentario.
Rimon respondió que para cubrir las necesidades de los 140 mil alumnos que no disponen de computadoras se precisa un presupuesto más de siete veces mayor a los 50 millones ya aprobados, un escenario imposible de cumplir. “El mensaje que se transmite aquí, que sin computadoras no hay clases, es destructivo. Afecta a alumnos, maestros, directores y a la sociedad árabe en general”, afirmó.
Tras las fuertes discusiones, que incluyeron un pedido de renuncia hacia Rimon, el comité de la Knesset resumió el debate a través de un comunicado: “El comité expresa su preocupación por que el 1 de septiembre aproximadamente 140.000 estudiantes se quedarán sin medios que les permitan conectarse completamente al sistema educativo. Aunque desde el comienzo de la crisis planteamos esta necesidad, no hay soluciones y los alumnos pagan el precio educativo y social".