Israel limitará el uso del pase verde del coronavirus a los eventos de "alto riesgo", es decir, a las fiestas y celebraciones, según dictaminó este martes por la noche el gabinete que se encarga de administrar la pandemia.
Según el nuevo esquema, que entrará en vigor el próximo lunes, los israelíes que se hayan recuperado del COVID-19 o hayan completado un régimen de vacunación de dos dosis podrán obtener el documento durante un periodo de cuatro meses. Aquellos que hayan recibido una o dos vacunas de refuerzo lo tendrán indefinidamente.
Además, el ministro de Salud, Nitzan Horowitz, y los funcionarios del Ministerio suprimieron el requisito de las pruebas para los israelíes no vacunados que deseen viajar al extranjero. Sin embargo, a los no vacunados se les puede seguir pidiendo que presenten un test de coronavirus negativo al llegar a su destino.
Los viajeros que hayan experimentado síntomas relacionados al virus en las dos semanas anteriores a su vuelo deben presentar una prueba rápida de antígenos (RAT) negativa realizada en un centro de pruebas reconocido.
Además, las residencias de ancianos y los clubes sociales de la tercera edad también requerirán una RAT. El Estado subvencionará parcialmente a las instituciones que instalen sus propios puestos de pruebas de antígenos. También, los trabajadores de la asistencia social, la salud y la educación no vacunados ya no tendrán que hacerse la prueba dos veces por semana.
El nuevo esquema está pendiente de la aprobación de la Comisión de Constitución, Derecho y Justicia de la Knesset.
En la apertura de la primera reunión del grupo ministerial en más de tres semanas, el primer ministro Naftali Bennett aseguró que las vacunas "funcionan bien contra las enfermedades e infecciones graves" y prometió que su gobierno repartirá ayudas a los negocios que vieron disminuir su afluencia debido al último brote de Ómicron.
Mientras tanto, el Ministerio de Salud informó el martes por la mañana de que 67.580 israelíes dieron en las pruebas del coronavirus. El número R de coronavirus del país -que mide el número de nuevas infecciones que se producen por término medio a partir de un solo caso- siguió bajando y se situó en 0,92, lo que sugiere que la pandemia está disminuyendo lentamente.
Los hospitales israelíes estaban tratando a 1.084 pacientes de COVID-19 en estado grave, 247 de los cuales estaban conectados a respiradores.
Desde el inicio de la pandemia, 8.804 israelíes murieron a las complicaciones del COVID-19, 18 sólo el domingo.