Durante los últimos 11 años, Merav Vidal ha administrado el centro de resiliencia de una de las comunidades israelíes más grandes ubicadas cerca de la frontera con la Franja de Gaza.
Vidal ha tratado a miles de residentes del Consejo Regional de Eshkol, muchos de los cuales sufren de ansiedad y sindrome de estrés postraumático debido a años de sirenas de alerta de cohetes y ataques con misiles desde el enclave palestino.
Los jóvenes de esta región nacieron en una realidad de constantes tensiones de seguridad y crecieron junto a cohetes, sirenas y constantes combates transfronterizos. Los efectos psicológicos de este tipo de infancia probablemente los acompañarán por el resto de sus vidas.
Vidal y su equipo han vivido muchas escaladas de seguridad y han atendido a los residentes durante las guerras de Israel con los grupos terroristas en Gaza en: 2008, 2012, 2014 y 2021, sin mencionar todas las rondas de combates a pequeña escala que hubo en el medio.
A menudo se asume que después de cada operación militar la vida en el área fronteriza con la Franja de Gaza vuelve a la normalidad, pero esto no es tan cierto. Una vez que se restaura la estabilidad de seguridad, los traumas mentales de los residentes salen a la superficie y el centro de resiliencia se inunda de nuevos pacientes que necesitan apoyo.
El centro de resiliencia es un refugio seguro, donde los civiles pueden recibir orientación mental gratuita de parte de profesionales. Como Vidal está terminando su mandato como gerente del centro, está lista para compartir con nosotros sus experiencias.
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Destrozos por la caída de un cohete en una casa del Consejo Regional de Eshkol.
(Chaim Hornstein)
"En la región fronteriza de Gaza, todo el mundo tiene alguna herida mental", dice Vidal. "Necesitan aprender a vivir con ella y crecer a nivel personal todos los días. No todo el mundo puede vivir en la región, y las familias que están absorbidas en estas ciudades deben ser conscientes del estado de seguridad y sus consecuencias psicológicas", añade.
"Ser padres y criar a los niños en las comunidades al lado de Gaza no siempre es fácil, pero por otro lado hay mucho valor en la resiliencia comunitaria".
Todos en el Consejo Regional de Eshkol están influenciados de alguna manera por la situación de seguridad. "Comenzamos a ver los efectos en los jóvenes sólo después de que hayan pasado varios años, y ése es el verdadero peligro", señala Vidal.
"Es importante estar atentos a los cambios constantemente y tratar de detectarlos a tiempo. En el futuro se encontrarán con traumas en el ejército, y las luchas los acompañarán durante toda su vida. No creo que la definición correcta sea trauma, sino efectos de un estado de emergencia generacional continuo. Por otro lado, aquellos que crecieron aquí son más éticos y tienen una mayor motivación para tener un servicio significativo en las FDI".
Vidal cree que vivir en la región no es para todos, y hay muchos factores a tener en cuenta si se decide hacerlo.
"No creo que sea apropiado para todos. También les digo a los coordinadores de absorción que revelen todo a las nuevas familias", dice. "Habla sobre las cosas buenas que suceden, pero también cuenta toda la historia. La realidad va acompañada de explosiones, escaladas y conversaciones constantes sobre la situación de seguridad, especialmente entre los niños. Quien quiera venir aquí necesita saber lo que eso significa, pero también saber que hay formas de sobrellevarlo. No recomendaría a un padre ansioso que venga a vivir aquí", agrega Vidal.
"Nuestro objetivo, especialmente con los padres, es proporcionar las herramientas adecuadas ... nuestro objetivo no es ser psicólogos para los padres, sino para que los padres sepan cómo cuidar a sus hijos por sí mismos de la mejor manera posible".
Vidal explica que tener la mentalidad correcta es un mecanismo de defensa, que es casi tan importante como la Cúpula de Hierro. "Al final del día, el individuo y la comunidad sólo pueden ayudarse a sí mismos".
Cuando se mudó a Eshkol, Vidal y sus cuatro hijas no consideraron el factor de seguridad. Nunca había tratado a pacientes ansiosos o traumatizados, y buscó trabajar con adolescentes y personas mayores en su profesión como trabajadora social. Muy poco después de llegar se encontró trabajando en un nuevo campo, integrándose en el equipo regional de bienestar público.
"Vine a la región después de trabajar en Jerusalem durante la época de los ataques terroristas", dice. "Cuando llegué a Eshkol, pensé que venía a un lugar pastoral y tranquilo, en comparación con Jerusalem... Dos días después de que naciera mi tercera hija escuché sirenas de alerta de cohetes por primera vez, y luego entendí que algo estaba sucediendo".
Vidal dice que los residentes de la región viven en un estado de emergencia constante y, por lo tanto, deben poner énfasis en la transición de la emergencia a la rutina, en lugar de lo contrario.
"Por lo general, la transición de la rutina a la emergencia va de cero a 100, pero lo que es más importante es volver a la rutina, de 100 a cero. Lo vemos como un maratón. La resiliencia es algo que se construye con el tiempo".
