Más de la mitad de los pacientes mayores de edad con COVID-19 en Israel provienen del sector judío ultraortodoxo, casi cuatro veces más que la misma franja etaria en el resto de la población. Así lo informó en un nuevo parte sanitario el Ministerio de Salud de Israel.
Actualmente 3.266 de los 6.061 pacientes mayores de edad, un 52%, pertenecen a este sector. Entre los 587 pacientes de avanzada edad en estado grave, 88 (15%) son ultraortodoxos.
Los últimos datos del Ministerio indican también un descenso en el porcentaje de pruebas positivas. El lunes se realizaron en Israel 47.136 test por coronavirus, de los cuales 3.097, el 7%, dieron positivo.
Desde el inicio de la pandemia en Israel 2.021 personas fallecieron por complicaciones relacionadas con el COVID-19. Actualmente hay 51.250 casos activos y 1.483 pacientes reciben tratamientos en hospitales del país. En estado grave se encuentran 801 personas; 242 de ellas requieren asistencia respiratoria mecánica.
El Instituto Haredí de Asuntos Públicos analizó los datos proporcionados por el Ministerio de Salud y la Oficina Central de Estadísticas de Israel (ICBS, por sus siglas en inglés) y descubrió que la tasa de mortalidad por COVID-19 en la ciudad ultraortodoxa de Bnei Brak entre personas mayores es mucho más alta que el promedio nacional.
Los investigadores del instituto encontraron que el número de personas de 75 años o más que murieron a causa del COVID-19 en Bnei Brak es de 12,9 muertes por cada 1.000 habitantes, en comparación con las 3,3 muertes cada 1.000 habitantes en el promedio de todo el país.
El centro de información ultraortodoxo del Ministerio de Salud difundió datos de morbilidad por COVID-19 de personas mayores de 65 años con el propósito de romper con la idea errónea de que ignorar las pautas de salud no representa un peligro. El director de la entidad, Avi Blumenthal, instó a la comunidad a observar las directivas sanitarias. “Queremos pedir a los ancianos que se cuiden y apelar a la conciencia de los jóvenes para no contagiar a los que están en riesgo. Los mayores de 65 años son nuestros abuelos y abuelas, nuestros padres y madres", expresó.