Los residentes montaron y dieron luz a un árbol de Navidad gigante afuera de la Iglesia de la Natividad en Belén el día sábado, con la esperanza de que una nueva variante del coronavirus no arruine otra temporada festiva en la ciudad, considerada por tradición, el lugar de nacimiento de Jesús.
La ciudad, ubicada en Cisjordania, estuvo casi completamente cerrada la Navidad pasada, perdiendo su temporada alta de turismo debido a la pandemia.
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Fuegos artificiales durante el encendido de luces del árbol de Navidad en la Plaza del Pesebre.
(Reuters)
En su última Navidad antes de la pandemia, Belén recibió a 3,5 millones de visitantes.
El inicio de diciembre vio a Israel excluir a los viajeros extranjeros durante 14 días para intentar evitar el ingreso masivo de la variante Ómicron. La esperanza está depositada en que la prohibición termine según lo programado, a tiempo para los viajes navideños. En su última Navidad antes de la pandemia, Belén recibió a 3,5 millones de visitantes.
El árbol gigante, coronado con una estrella roja brillante, se iluminó con cientos de luces de colores mientras los fuegos artificiales rojos, blancos y verdes iluminaban el cielo nocturno.
El alcalde Anton Salman dijo que la prohibición de viajar había impedido la asistencia de varias delegaciones extranjeras. No obstante, el público presente en la Plaza del Pesebre, frente a la iglesia, fue mucho más grande que el año pasado, cuando las restricciones del coronavirus mantuvieron alejados incluso a los asistentes locales.
"Es una gran alegría, una velada muy agradable. El aire está lleno de esperanza, lleno de júbilo, lleno de entusiasmo", afirmó María, una turista de Finlandia presente en el lugar.
