Ateret Cohanim, una organización judía israelí, tomó posesión de una serie de complejos residenciales en el barrio Silwan de Jerusalem Este, la parte de la ciudad ubicada del otro lado de la Línea Verde y en disputa con los palestinos.
La organización compró cuatro complejos destinados para 15 familias judías, que se unirán a otras 75 familias en la zona de Ir David, 22 en el vecindario yemenita y otras 100 en Ma'ale HaZeitim, todos barrios ubicados al sureste de la Ciudad Vieja.
“La construcción y redención de Jerusalem es una respuesta sionista para cualquiera que busque dañar la fuerza y seguridad del Estado de Israel, y de los judíos de todo el mundo”, dijo un importante funcionario de Jerusalem Este, en apoyo a la iniciativa de Ateret Cohanim, una organización que nació en 1996 con el objetivo de asentar familias judías en esa zona de la ciudad.
Dauod Siam, vecino del barrio de Silwan, le dijo a Ynet que “si la construcción fuera legal le daría la bienvenida a las familias judías”, pero afirmó que “las tierras fueron compradas a un narcotraficante” y acusó que “si lo hubieran construido árabes esas casas serían demolidas de inmediato”.
La ONG israelí Shalom Ajshav (Paz Ahora) advirtió que la entrada de judíos al barrio podría recrudecer la violencia en la zona. “No es solamente una provocación que daña el delicado tejido social de la vida en Jerusalem, sino que es un duro golpe para la perspectiva de paz” entre israelíes y palestinos, informaron en un comunicado.
“Los colonos continúan intentando cambiar el espacio público en Jerusalem Este y convertirlo en una zona judía e israelí, hasta que se vuelva muy difícil llegar a un compromiso de dos Estados con dos capitales en Jerusalem”, acusaron desde Shalom Ajshav. “Es un asentamiento nuevo y muy grande, con un potencial para decenas de colonos que hasta ahora no habitan en la zona”, agregaron.