La mayoría de los casos de COVID-19 que se detectaron en los últimos días en el aeropuerto Ben Gurion corresponden a peregrinos que regresan de la ciudad ucraniana de Uman, según los nuevos datos obtenidos por Ynet.
Cada año, miles de miembros del movimiento jasídico de Breslev viajan a Uman para Rosh Hashaná, el Año Nuevo judío, para una celebración de tres días en la tumba del fundador del movimiento, el rabino Najman de Breslev. Este año, según informes de la prensa, unos 30.000 peregrinos judíos llegaron hasta Uman.
Los datos actuales muestran que, sobre un total de 16.388 pruebas de COVID-19 realizadas en el aeropuerto Ben Gurion a viajeros provenientes de Uman entre el 9 y el 10 de septiembre, más de 1.400 dieron positivo. Al mismo tiempo, 117 de los viajeros fueron llamados a interrogatorio bajo sospecha de haber falsificado el resultado de su prueba de coronavirus.
Hasta ahora se confirmó que al menos 13 peregrinos que llegaron al aeropuerto Ben Gurion desde Kiev portaban documentación falsa. Se espera que las autoridades inicien acciones penales contra ellos por propagar de forma consciente una enfermedad transmisible.
La policía ucraniana también informó de varios incidentes de certificados fraudulentos y pruebas de COVID falsas en la llegada a Ucrania de los fieles. Vecinos de Uman, por su parte, se quejaron de que los viajeros no respetaban las instrucciones ni la utilización de mascarillas.
Una carta recibida por Ynet revela que el director de la lucha contra la pandemia de Israel, profesor Salman Zarka, advirtió a las autoridades hace un mes sobre el peligro de permitir que se llevara a cabo la peregrinación a Uman.
En su carta, Zarka afirma que la peregrinación tiene el potencial de provocar una "infección masiva", que podría tener graves consecuencias epidemiológicas para toda la población. "Este evento consiste en una reunión masiva que no funciona bajo el protocolo del Pasaporte Verde de Israel", declaró Zarka. "Los alrededores de la tumba del Rebe y las formas de llegar y salir podrían ser una posible fuente de infección masiva”, estimó.
“Estos retornados de Uman son ciudadanos de todas partes del país y asistirán a las sinagogas durante Rosh Hashaná y Yom Kipur. Existe una preocupación fundamental de que a su regreso puedan desencadenar una nueva ola de contagios e importar nuevas variantes a Israel”, agregó el funcionario de salud.