Este martes, el Ministerio de Salud de Israel informó sobre un presunto brote de COVID-19 en el norte del país: la advertencia se produjo luego de que 80 trabajadores chinos de un sitio de almacenamiento arrojaran resultados positivos del virus.
Una investigación inicial del Estado reveló que inicialmente se habían detectado ocho casos del virus entre los trabajadores, lo que llevó a los funcionarios a realizar pruebas a otros 260 empleados y personas que entraron en contacto con ellos.
El Ministerio de Salud continúa la investigación y realizará la secuenciación genómica, que permite a los científicos identificar el patógeno y monitorear cómo cambia con el tiempo, para todo el personal infectado. Los funcionarios sanitarios también consideran establecer un hotel de aislamiento para los trabajadores chinos: se realizarán más pruebas en unos 100 trabajadores adicionales.
Una fuente dijo que una gran parte de los empleados, inoculados con la vacuna china Sinovac, viven juntos, lo que llevó a una evaluación de que el contagio no se propagará más allá del Consejo Regional de Emek HaMaayanot.
Desde el kibutz Ashdot Ya'akov Ihud, en el que residen 100 de los trabajadores, informaron: "Se ordenó a los chinos que se quedaran únicamente en el recinto y no deambularan por la comunidad. Pedimos a los padres y a los líderes de educación informal que instruyan a los niños y que los jóvenes no pasen por el complejo de residentes chinos".
