El presidente ruso, Vladimir Putin, se ha aventurado en una batalla sobre narrativas históricas rivales de la Segunda Guerra Mundial al afirmar que el 40% de las víctimas judías del Holocausto eran soviéticas.
Putin está en Jerusalem para el evento más grande de la historia del país para conmemorar el 75° aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz-Bierkenau. Sin embargo, este hecho se ha visto empañado por las disputas históricas.
Durante una reunión con el presidente Reuven Rivlin, el jueves, el líder ruso expresó que el Ejército Rojo no sólo liberó el campo de exterminio de Auschwitz, sino que también "hizo una contribución decisiva a la victoria sobre los nazis".
"El pueblo soviético y el pueblo ruso sufrieron mucho en la guerra. Durante el Holocausto, alrededor del 40% de los judíos asesinados eran de la Unión Soviética", expresó.
Putin ha liderado una campaña para minimizar el pacto anterior a la guerra de la Unión Soviética con los nazis para centrarse en el papel llevado a cabo por la extinta potencia en la victoria contra los alemanes en la Segunda Guerra Mundial.
De los seis millones de judíos asesinados por los nazis, los historiadores creen que aproximadamente 1 millón eran soviéticos. De esta manera, el mandatario ruso estaría agregando 1,5 millones de víctimas judías adicionales de las áreas de Europa del Este ocupadas por los soviéticos bajo su pacto con los nazis.
El presidente de Polonia no acudió al evento del jueves a modo de protesta por el papel central que se le dio a Putin. Polonia, que ha sido criticada por su propio revisionismo en tiempos de guerra, acusa al presidente de Rusia por culpar injustamente a su país por el estallido de la guerra.
El ex hombre de la KGB también pidió el fin del antisemitismo. "Usted [Rivlin] sostuvo que no sabemos dónde termina el antisemitismo. Lamentablemente, sabemos que el final está en Auschwitz", manifestó Putin. "Debemos estar atentos y no dejar que esto vuelva a suceder", agregó.
Putin también inauguró un monumento en el Parque Saker, de Jerusalem, junto con el primer ministro, Benjamín Netanyahu, en homenaje a las víctimas del asedio nazi de casi 900 días sobre Leningrado, la ciudad natal del líder ruso.
El presidente ruso expresó que si bien "el Holocausto no se puede comparar con ningún otro evento", las víctimas del sitio de Leningrado representan "una pérdida inimaginable".
El primer ministro, Benjamín Netanyahu, quien pronunció un discurso durante la ceremonia, reiteró los sentimientos de Putin elogiando a los soldados soviéticos por "salvar al mundo de una terrible tragedia" y agregó que "siempre recordaremos que abrieron las puertas de Auschwitz".
A la ceremonia también asistieron el presidente, Reuven Rivlin; el alcalde de Jerusalem, Moshe Leon, y el gobernador de San Petersburgo, Alexander Beglov.