Ante el rechazo legal en Israel a la obligatoriedad de aislarse en hoteles al ingresar al país, comenzó la prueba de los brazaletes electrónicos impulsada la semana pasada y las personas que estrenaron el sistema de monitoreo fueron dos mujeres argentinas que aterrizaron este lunes en el aeropuerto internacional Ben Gurion.
El sistema ofrece una alternativa para aquellos israelíes que rechazan la opción de aislarse durante 10 días en un hotel. Comenzó a evaluarse hoy en 100 personas y las dos primeras fueron Gabriela Glazman y Bárbara Weiskind, procedentes de Argentina en un avión chárter que partió desde San Pablo con un grupo de pasajeros que habían iniciado el viaje en Buenos Aires.
Gabriela es directora de la Agencia Judía en Argentina y Bárbara es integrante del equipo de absorción para Argentina del Keren LeYedidut, una organización de ayuda a judíos que emigran a Israel. Ambas viajaron junto a un grupo de decenas de nuevos inmigrantes de Argentina, Brasil y Chile, y al contar con ciudadanía y domicilio en Israel pudieron acceder a esta opción.
“Creí que iba a tener que aislarme en un hotel, pero me dijeron que podíamos hacerlo en casa y me pareció una gran idea”, contó Gabriela al recibir el brazalete, ansiosa por llegar a su hogar después de cuatro meses. “No me siento presa, siento que el Estado confía en mí”, respondió sobre las sensaciones de cargar con el dispositivo en su cuerpo de manera permanente.
Bárbara también aceptó la opción del brazalete en cuanto supo que podría evitarle el aislamiento en un hotel. “Todos los nuevos inmigrantes querían el brazalete, pero algunos todavía no tienen una casa para hacer el aislamiento así que se fueron directo al hotel”, comentó sobre el grupo de nuevos ciudadanos israelíes que llegaron desde Sudamérica.
Antes de retirarse a sus domicilios las dos mujeres dejaron sus datos de la tarjeta de crédito para un depósito de 1.500 shekels a modo de garantía por el kit de monitoreo, que incluye el brazalete y un teléfono inteligente que deben mantener cerca durante los próximos 10 días. “Podemos hacer vida normal, bañarnos, vestirnos…”, recalcó Bárbara.
Oz Berlowitz, vicepresidente de la aerolínea Arkia, afirmó que el sistema de pulseras puede ser “una gran noticia para los pasajeros que quieran regresar a sus casas” y augura que puede resultar un factor positivo para la reactivación de la industria: “El aislamiento en hoteles es una barrera, el brazalete va a cambiar el ánimo de los pasajeros”, dijo.
Tras asignar los primeros 100 brazaletes, las autoridades buscan aumentar la prueba a mil personas. Ante la negativa de la policía israelí de proveer los aparatos y monitorear a los usuarios, el piloto se realiza a través de Supercom, subsidiaria de la empresa israelí Electra.