La sociedad argentina recuerda hoy el quinto aniversario de la muerte de Alberto Natalio Nisman, el fiscal responsable de la investigación del atentado a la AMIA, la mutual judía cuyo edificio explotó el 18 de julio de 1994 y causó la pérdida de 85 vidas.
La noche del 18 de enero de 2005 el funcionario judicial fue hallado muerto producto de un disparo en la cabeza, dentro del baño de su departamento y con el arma a su lado. Días antes Nisman había denunciado a la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner como encubridora del ataque a la AMIA, lo que generó sospechas y diferentes teorías sobre la causa de su deceso, suspicacias que hasta hoy perduran con fuerza entre los argentinos.
Criado en el seno de una familia judía, en 1997 el fiscal inició su tarea dentro del equipo a cargo investigar la causa AMIA. Cuatro años después el juez Juan José Galeano emitió un fallo que condenaba a un mecánico y cuatro policías argentinos como responsables de la "conexión local" de la voladura del edificio, pero serias irregularidades y delitos durante la investigación provocaron la anulación de ese juicio.
Galeano y los otros dos fiscales fueron declarados culpables del desvío de la causa. No así Nisman, quien en el año 2004 fue designado por el expresidente Néstor Kirchner como máximo responsable de una unidad de investigación especial, que entre otras cuestiones ponía a disposición del fiscal los expedientes clasificados de los servicios de inteligencia argentinos.
Nisman apuntó a funcionarios iraníes y miembros de la organización terrorista Hezbollah como autores del atentado de 1994, pero no fue posible encarcelar a los mencionados como responsables debido a las negativas de extradición de parte del gobierno de Irán.
En el año 2013, ya con Fernández de Kirchner en la presidencia, el Estado argentino propuso un giro: impulsado por presidencia y cancillería, el poder legislativo aprobó un "memorandum de entendimiento" con Irán. El gobierno argumentó que se trataba de una vía para destrabar la situación procesal de los iraníes acusados. Para la oposición política y diversas instituciones judías, entre ellas la propia AMIA, el memorándum implicaba un retroceso en los avances que había conseguido hasta ese momento la unidad de investigación.
El memorándum nunca entró en vigencia ya que el parlamento iraní nunca lo sometió a tratamiento. Pero en enero de 2015 una denuncia sacudió al país: apoyado en escuchas telefónicas proporcionadas por los servicios de inteligencia, el fiscal Nisman acusó a diversas personalidades políticas argentinas, entre ellas la presidenta Kirchner y el canciller Héctor Timerman, de intentar el encubrimiento del atentado a la AMIA a partir de la firma de aquel memorándum de entendimiento.
Después de una semana de numerosas apariciones públicas en las que contó algunos detalles de la denuncia, y a horas de exponer sus fundamentos en el Congreso de la Nación, el 18 de enero Alberto Nisman fue encontrado sin vida, en el baño de su departamento y con un disparo en la cabeza. La causa de su deceso fue caratulada como "muerte dudosa" y hasta el día de hoy, tanto en los tribunales como en la sociedad argentina, las teorías de suicidio u homicidio forman parte del debate público nacional.