Luiz Fux se transformó en el primer judío en presidir el Tribunal Supremo de Justicia de Brasil. El magistrado se comprometió a defender y hacer respetar la Constitución brasileña.
"No mediremos esfuerzos en el combate a la corrupción que todavía circula en forma sombría en nuestro país ni admitiremos retrocesos en el combate al crimen organizado y el lavado de dinero", declaró al asumir el cargo el reciente presidente del Tribunal Supremo.
Fux también anunció la creación de un Observatorio Nacional de Derechos Humanos en el ámbito del Consejo Nacional de Justicia y prometió avanzar, además, hacia la digitalización de todos los servicios judiciales.
Fux reconoció, asimismo, que asume la presidencia del Tribunal Supremo en un "momento dramático de la vida nacional", marcado por la pandemia de coronavirus, que ya ha dejado más de 130.000 muertos en el país, con más de 4,3 millones de casos en el país. "Los corruptos de ayer y de hoy son responsables de que falten camas en los hospitales", añadió Fux, para dejar clara su postura respecto de los pasados hechos de corrupción.
Fux se comprometió además a promover relaciones "armónicas entre todos los poderes", que en los últimos meses han estado en conflicto en varias ocasiones, por roces entre el Poder Judicial, el Legislativo y el Ejecutivo, que preside Jair Bolsonaro.
Fux ejercerá durante dos años la presidencia de la corte, en la que sucede al magistrado José Antonio Dias Toffoli por un tradicional sistema rotativo entre sus once miembros.
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El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, asistió a la ceremonia de asunción de Luis Fux.
(AFP)
A la ceremonia de asunción asistieron el presidente Bolsonaro y los jefes de las cámaras legislativas, así como representantes de la Fiscalía General y otros organismos del Estado, y en ella se entonaron canciones judías que fueron transmitidas en vivos por el canal del Poder Judicial brasileño.
Descendiente de rumanos, será el primer presidente de ascendencia judía que tenga el Tribunal Supremo de Brasil, al que llegó en 2014, sugerido por la entonces mandataria Dilma Rousseff, hija de un búlgaro.
Fux también presidió el Tribunal Superior Electoral en 2018, cuando se celebraron las últimas elecciones presidenciales, que llevaron al poder al actual presidente, Jair Bolsonaro.
Más allá de su actividad profesional, Fux es cinturón negro en jiu-jitsu, un arte marcial de origen japonés muy popular en Brasil, apasionado por la música popular y el rock, y en varias ceremonias públicas se le ha visto empuñar su guitarra.
