Por lo bajo, a través de canales prácticamente clandestinos, Israel y Hamas sostienen un canal de diálogo relativamente optimista en el intento de pacificar las escaladas de violencia y el lanzamiento de misiles desde Gaza.
Como parte de ese plan, Ynet accedió a los detalles de un proyecto de desarrollo económico regional que busca beneficiar a la población de uno y otro lado de la valla de seguridad: la instalación de fábricas en el sur israelí que emplearán a miles de palestinos.
La propuesta incluye instalar tres zonas industriales en diferentes puntos de la frontera con la Franja de Gaza, ubicados en territorio de Israel pero en el que trabajarán residentes gazatíes que podrán mejorar sus condiciones de vida.
También está prevista la creación de una planta de energía eléctrica que, además de ofrecerse como salida laboral para la población palestina, servirá de suministro a las comunidades israelíes cercanas y al interior de la franja que padece a diario los cortes de luz.
A su vez, el suministro eléctrico para Gaza podría alimentarse de una planta de tratamientos de residuos, que convertirá en energía útil los desechos provenientes de la Franja. Así, los palestinos se beneficiarán por triplicado: será una salida laboral, proveerá electricidad a sus poblados y aliviará el problema de la basura.
El proyecto fue diseñado por autoridades israelíes y ya recibió la aprobación preliminar de altos mandos de las FDI. "Mejorar la calidad de vida de los palestinos reducirá las motivaciones para el terrorismo", indicaron sobre una iniciativa que ya fue presentada al gobierno de Estados Unidos, así como a diferentes empresas y bancos europeos que expresaron su interés en participar en las inversiones.
Se estima que toda la propuesta podría implementarse dentro de los próximos cuatro años, aunque su concreción estará subordinada a que desde Gaza se detenga el lanzamiento de misiles hacia el sur israelí.