Un extremista judío fue condenado este lunes por el tribunal de Lod por el asesinato de un bebé palestino y sus padres, en un incendio intencionado de su casa en Judea y Samaria en 2015.
El tribunal también halló a Amiram Ben-Uliel culpable de intento de homicidio, incendio criminal y conspiración para cometer un crimen racista.
Ali Dawabcheh, un bebé de 18 meses, murió en el incendio y su madre, Riham, y su padre, Saad, perecieron unas semanas más tarde por las quemaduras luego de que se lanzasen artefactos incendiarios contra su casa en Duma, entre Naplusa y Ramallah.
Sólo el hermano de Ali, Ahmed, por entonces de cuatro años, sobrevivió a la tragedia.
La pena a la que fue condenado Amiram Ben-Uliel no se ha dado a conocer aún.
La organización israelí Honenu, que brinda asistencia legal a la defensa del condenado, indicó que apelaría la decisión ante la Corte Suprema del país.
El condenado no quiso declarar en el juicio y fue condenado a partir de su confesión de lo hechos durante un interrogatorio en el momento de su detención.
Hussein Dawabshe, el padre de Riham, manifestó que es importante que se haga justicia para que las vidas de nadie más se arruinen y destruyan como las de los tres miembros de la familia asesinados.
"Este juicio no me devolverá a mi familia, pero no quiero que nadie vuelva a pasar por ese trauma", dijo Hussein.
El ataque fue condenado por todo el espectro político israelí, y el primer ministro, Benjamín Netanyahu, prometió en aquella oportunidad aplicar "tolerancia cero" en la lucha para llevar a los agresores a la Justicia.
Los investigadores colocaron a varios sospechosos bajo detención administrativa, una medida que se suele llevar a cabo contra presuntos terroristas palestinos, que permite a las autoridades detener a los sospechosos durante meses sin cargos.
El servicio de seguridad nacional, Shin Bet, manifestó que Ben-Uliel había confesado haber planeado y llevado a cabo el ataque, en tanto que otros dos extremistas estuvieron involucrados como partícipes necesarios en el ataque.
Según informes, Ben-Uliel señaló que el incendio fue provocado en represalia por el asesinato de un israelí por parte de palestinos un mes antes del ataque.
Los abogados de Ben-Uliel dijeron que el veredicto no los sorprendió, y que la confesión de su cliente supuestamente fue obtenida bajo tortura. La audiencia de sentencia se fijó para el 9 de junio.