La reunión del martes en la oficina del presidente de la Knesset, Yuli Edelstein, sobre la convocatoria a los diversos comités del parlamento terminó en gritos entre los miembros de Kajol Labán y Likud.
El desacuerdo surgió de la demanda del Likud de una representación equitativa en todas las asambleas de acuerdo con la directiva del Ministerio de Salud que prohíbe que más de diez personas estén representadas en una sola habitación, con el objetivo de frenar la propagación del coronavirus.
Por su parte, Kajol Labán rechazó la solicitud debido a la creciente mayoría de parlamentarios que se unieron al primer ministro Benjamín Netanyahu, y propuso que las reuniones se llevaran a cabo en un amplio auditorio donde cada miembro mantenga una distancia suficiente con su colega.
Además, el partido liderado por Benny Gantz sugirió que las reuniones se llevaran a cabo solo con diez miembros de la Knesset, y que el resto de los integrantes del comité se unieran a través del enlace de video, de la misma manera que lo hizo el gabinete en los últimos días.
A pesar del fuerte intercambio de palabras, no se llegó a un acuerdo.
Kajol Labán advirtió a Edelstein que, si no permite la asamblea de la Knesset que decide sobre el liderazgo y el calendario de los comités, llevarán el asunto a votación en el pleno el miércoles, donde se espera que obtengan un apoyo mayoritario.
Edelstein, quien ha sido criticado últimamente por su resistencia a permitir que se vote su reemplazo, anunció que si no hay acuerdo presentará el asunto ante el pleno.
Benny Gantz afirmó que "el Likud está tratando de evitar el trabajo de la Knesset. Como si no fuese suficiente que el parlamento no haya funcionado durante un año completo, ahora también quieren que trabaje lo mínimo requerido en un momento de crisis”.
"Los movimientos de Likud son un precedente peligroso para la democracia y lucharemos contra esto con toda la fuerza que podamos reunir", agregó.
"Podría ser que realmente no sea de su interés en este momento en que el coronavirus está en el aire, sin embargo, hoy no estamos viviendo en una democracia", manifestó Yair Lapid, miembro del liderazgo de Kajol Labán.
Miki Zohar, parlamentario del Likud, aseguró que la culpa es del principal partido opositor.
“Kajol Labán nuevamente está tratando de romper las reglas de la Knesset. Se están comportando brutalmente y están desconectados de la realidad debido a su odio hacia el primer ministro”, expresó.
Zohar agregó que el Likud ofreció establecer 10 comités de la Knesset, pero Kajol Labán se negó.