El acuerdo de un gobierno de unidad entre el primer ministro Benjamín Netanyahu y el líder del partido “Resiliencia por Israel”, Benny Gantz, que está tomando forma y promete al bloque de derecha sólo 15 carteras ministeriales, puede ser un mal augurio para los supuestos socios naturales de Netanyahu.
Si bien los partidos ultraortodoxos mantendrán las oficinas gubernamentales que han tenido hasta ahora, es decir el Ministerio de Salud en manos de Yahadut Hatorah y los ministerios de Asuntos Interiores y Servicios Religiosos en manos de Shas, la situación sigue sin estar clara para la alianza Yamina.
Los líderes del partido, el ministro de Defensa, Naftali Bennett, Ayelet Shaked; el ministro de Educación, Rafi Peretz, y el ministro de Transporte, Bezalel Smotrich, hablaron con Netanyahu el jueves por la noche y trataron de entender cuál era su destino.
Las fuentes del Likud aseguraron que Netanyahu aún no ha determinado si el partido de Bennett será parte de su gobierno.
Durante las negociaciones se mencionó la opción de que Naftali Bennett dejara el Ministerio de Defensa y se mudara al Ministerio de Educación, pero Bennett aún no ha dado su consentimiento para tal movimiento.
Otros reportes indican la presencia de un acuerdo previo entre Bennett y Shaked que determina que ambos legisladores recibirán cargos ministeriales de igual importancia, una tarea que puede resultar problemática con la cantidad de carteras que quedan actualmente disponibles para el bloque de derecha y especialmente teniendo en cuenta que Netanyahu mantendrá una gran cantidad de ministerios para los miembros propios del Likud.
La facción de Yamina mantuvo discusiones sobre cuáles serán sus próximos movimientos. Los principales funcionarios y activistas del partido creen que si un gobierno de unidad se produce, los roles que recibirán serán de menor importancia y es mejor que permanezcan en la oposición.
Fuentes de la derecha afirman que dicho gobierno, en el que Gantz, que sólo cuenta con 15 escaños, recibe el mismo trato que el bloque de derecha de 58 escaños, enfrentará una fuerte oposición.
El camino de Gantz hacia el gobierno de Netanyahu fue pavimentado luego de que presentara su candidatura para el puesto de presidente de la Knesset, a pesar de un acuerdo interno previo en Kajol Labán de que Meir Cohen, de la facción Yesh Atid, de Yair Lapid, sería el designado en el cargo.
El desacuerdo finalmente llevó a Lapid y al co-líder de Kajol Labán, Moshe Ya'alon, a separarse de Gantz.
El ex jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel fue elegido en lugar de Edelstein con el apoyo del bloque de derecha. Setenta y cuatro miembros de la Knesset votaron por el nombramiento de Gantz, mientras que 18 se opusieron, y el resto se abstuvo de votar.
Después de su elección, Gantz pronunció un discurso en el que trató de explicar su razonamiento detrás de la sorpresiva decisión.
"Estos no son días normales. En estos tiempos de emergencia, cientos de miles de ciudadanos, que han transformado sus vidas en los últimos días, nos están observando. Esta situación es también el clímax de la peor y más complicada crisis gubernamental y parlamentaria desde la concepción del estado. La única razón por la que decidí nominarme hoy como orador de la Knesset es para agotar todas las opciones disponibles para formar un gobierno nacional de emergencia."
Por último sentenció, “no vamos a comprometer la democracia ".