Durante la noche del jueves Israel atravesó la primera de las tres noches de toque de queda que se aplicarán durante la festividad de Purim y el fin de semana, con el objetivo de evitar las grandes aglomeraciones típicas de la festividad.
La medida fue decidida por el gobierno al comienzo de la semana y se aplicará desde las 20.30 hasta las 5, hasta la madrugada del domingo inclusive. En esos horarios los israelíes no podrán trasladarse más allá de los mil metros de sus hogares, salvo para casos de emergencia, y aquellos que violen la restricción se enfrentarán a multas de 500 shekels (150 dólares).
Las oraciones fueron limitadas a 20 personas en espacios abiertos y 10 en el interior de las sinagogas, dentro del rango de circulación permitido. No estará permitido quedarse en la casa de otra persona, así como toda celebración pública de Purim.
El transporte público israelí se limitará durante la vigencia del toque de queda. En Jerusalem, habitual epicentro de las celebraciones de Purim, fue suspendido hasta el domingo.
Para el cumplimiento de las pautas la policía anunció el despliegue de 2.500 patrulleros y 250 puestos de control callejeros en todo el país. “Utilizaremos todos los recursos a disposición, inclusive los bloqueos de carreteras entre las ciudades”, informaron fuentes policiales.