Por tercera vez desde que Benny Gantz recibió el mandato para formar gobierno en Israel, este miércoles en Ramat Gan se reunieron los equipos de negociación de Kajol Labán y Likud.
Tras el encuentro los dos partidos emitieron un comunicado conjunto en el que aseguran que la conversación se desarrolló "en un ambiente bueno, serio y práctico", aunque las diferencias continúan y la conformación de un gobierno de unidad sigue siendo difícil: "Las grandes brechas entre las partes permanecen intactas", informaron.
Yariv Levin, ministro de Turismo y uno de los representantes del Likud que estuvo en Ramat Gan, había manifestado su pesimismo antes de ingresar al encuentro: "La impresión es que algunos integrantes de Kajol Labán, como el caso de Yair Lapid, simplemente no quieren establecer un gobierno de unidad. El resultado es que hasta el momento las conversaciones fueron estériles", aseveró.
Horas antes, Gantz había acusado a sus adversarios políticos de entorpecer el diálogo y el objetivo de la unidad. "Netanyahu no está dispuesto a renunciar al bloque de derecha, ni a la inmunidad, ni a discutir los fundamentos de un gobierno de unidad. Netanyahu quiere arrastrar a Israel a una tercera campaña electoral y haré todo lo posible para que eso no ocurra", afirmó ayer.
Según el anuncio firmado por las dos agrupaciones, se espera que en los próximos días se desarrolle una nueva reunión, aunque no se fijó una fecha para la misma.
Gantz tendrá tiempo hasta el 20 de noviembre para presentar una coalición con mayoría en la Knesset. Si no lo logra, antes del 11 de diciembre 61 integrantes del parlamento podrán sugerirle a Rivlin por escrito la postulación de un nuevo posible primer ministro, que dispondría de dos semanas para presentar su plan de gobierno. Esa sería la última instancia previa a una nueva convocatoria a elecciones en 2020, que sería la tercera en menos de un año para la sociedad israelí.