Durante una reunión telefónica celebrada esta madrugada, el gobierno decidió prolongar el permiso especial otorgado al servicio de seguridad interno, Shin Bet, para localizar los teléfonos de los infectados con coronavirus para que el organismo pueda ayudar a detener la propagación del virus.
Los ministros que participaron de la conversación afirmaron que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, parecía estar muy preocupado por la pandemia. “Nunca lo hemos escuchado hablar de esta manera”, expresó uno de ellos.
“Yo estoy al tanto de lo que sucede en el mundo”, les dijo Netanyahu a los ministros. “Estoy analizando una serie de políticas [para luchar contra el coronavirus] y estoy dialogando con importantes científicos. El ritmo de contagio es preocupante. ¿Recuerdan que la semana pasada había 500 infectados y hoy ya hay más de 1.600? La próxima semana podría aumentar a decenas de miles. Si no detenemos el contagio, podría llegar a un millón”, añadió el primer ministro.
“En un escenario complicado, el número de muertes podría alcanzar las 10.000 en Israel, tal como lo predicen estudios del Ministerio de Salud. Debemos hacer todo lo posible para detener esto. Tenemos que actuar ahora, y es por ese motivo que estamos endureciendo las directivas”, expresó Netanyahu.
Durante la conversación, el primer ministro recordó que la canciller alemana, Angela Merkel, señaló que entre el 60% y 70% de la población de su país contraería la enfermedad.
Además, Netanyahu manifestó su esperanza de que se puedan encontrar anticuerpos en las pruebas con el fin de permitir que la gente pueda salir a trabajar.