Israel estima que cientos de sus ciudadanos podrían estar sujetos a investigaciones por crímenes de guerra por parte de la Corte Penal Internacional (CPI), por lo que desde las oficinas del Estado ya trabajan para contrarrestar las indagaciones. El ministro de Defensa, Benny Gantz, se mostró tajante ante el tribunal con sede en La Haya, Países Bajos.
El mes pasado, la corte dictaminó que tiene jurisdicción sobre Cisjordania, Gaza y Jerusalem Este, por lo que el fallo podría dar lugar a investigaciones criminales de Israel y de grupos militantes, incluido Hamás. Los palestinos han acogido la sentencia como una oportunidad de justicia para las víctimas de los ataques israelíes.
Incluyéndose entre los israelíes que podrían ser amenazados con arresto, Gantz aseguró que nunca tuvo miedo de “cruzar las líneas enemigas”, por lo que seguirá haciendo frente a las injusticias de este tipo. Israel no es miembro de la corte y rechaza su jurisdicción, una posición respaldada por su aliado cercano Estados Unidos.
En una entrevista en la frontera con Gaza, el ministro de Defensa calificó el fallo como un "desarrollo negativo". Gantz fue el jefe de personal militar durante la guerra de 2014 entre Israel y militantes de Hamás, uno de los conflicto que la CPI señaló para investigar especialmente.
Cuando Reuters le preguntó cuántos israelíes podrían esperar ser arrestados si la investigación avanza, el ministro de Defensa y potencial sucesor de Benjamín Netanyahu afirmó que “varios cientos”. Además, informó que Jerusalem brindará asistencia legal a los israelíes implicados.