Un extremista israelí de 25 años fue sentenciado a tres cadenas perpetuas el lunes por el asesinato de una familia palestina, cuya casa en Cisjordania fue atacada mientras dormían en julio de 2015.
Amiram Ben-Uliel fue condenado en mayo por asesinar a Saed y Reham Dawabsheh y a su bebé Ali, de 18 meses. El otro hijo de la familia, Ahmed, de cuatro años, resultó gravemente quemado en el ataque.
Ben-Uliel fue declarado culpable de tres cargos de asesinato, dos cargos de intento de asesinato, dos cargos de incendio intencional y conspiración para cometer un delito por motivos raciales. Sin embargo, fue absuelto de su pertenencia a una organización terrorista.
Al dictar la sentencia en el Tribunal de Distrito de Lod el lunes, la jueza Ruth Lorach dijo: "El acusado recibe hoy su sentencia por los graves actos que cometió, que derivaron en una consecuencia intolerable: las muertes de tres miembros de una misma familia y las graves heridas causadas a Ahmed. Sus acciones fueron motivadas por una ideología extremista y el racismo. Los quería muertos porque eran árabes".
Hussein Dawabshe, que está criando a su nieto Ahmed tras el asesinato de sus padres, estuvo en el tribunal para escuchar la sentencia dictada.
"No queríamos estar aquí en un lugar como este", dijo. "Ojalá nunca hubiera sucedido lo que sucedió hace cinco años. Si los hubieran capturado [de antemano] y no se les hubiera permitido hacer estas cosas, nunca habría ocurrido. Quiero que pase el resto de su vida en prisión", agregó.
Según la acusación formal, Ben-Uliel y un menor, que vivían de forma intermitente en asentamientos avanzados cerca de la ciudad palestina de Duma en ese momento, conspiraron durante el mes de julio de 2015 para vengar la muerte de Malachi Rosenfeld, asesinado por terroristas palestinos.
Los dos se reunieron varias veces en los puestos de avanzada de Geulat Zion, donde residían los Ben-Uliel en ese momento, y de Yishuv HaDa'at, para planificar su ataque, reza la acusación.
También realizaron un reconocimiento de las aldeas de Duma y Majdal Bani Fadil y decidieron llevar a cabo un primer ataque en la primera, aunque también planeaban hacerlo en la segunda.
Según la acusación, Ben-Uliel preparó dos botellas llenas de líquido inflamable, trapos, un encendedor, una caja de fósforos, guantes y una lata de pintura negra en aerosol para usar en el ataque.
Los dos planearon reunirse en una cueva en Yishuv HaDa'at antes de partir hacia Duma la noche del ataque, el 30 de julio de 2015, pero por una razón desconocida no lograron encontrarse allí.
Después de esperar al sospechoso menor durante una hora en la cueva, Ben-Uliel, vestido con ropa oscura y llevando los artículos preparados para el ataque en una bolsa, partió en dirección a Duma.
Al llegar a Duma alrededor de las 11 de la noche, Ben-Uliel usó una de las dos camisas oscuras que llevaba para cubrirse la cara y se puso los guantes. Según la acusación, eligió una casa en el corazón del pueblo, en lugar de una en las afueras, para reforzar aún más el efecto del miedo y el terror entre los residentes. Buscó una casa que estuviera habitada para asegurarse de no prender fuego una vivienda abandonada.
Ben-Uliel decidió atacar dos casas pertenecientes a la familia Dawabsheh: una dnode residían Saed, Reham, Ahmed y Ali, y la otra, propiedad de Mamoun Dawabsheh, que estaba vacía en ese momento.
Primero incendió la casa vacía de Mamoun con uno de los cócteles molotov, después de rociar la palabra "Venganza" y dibujar una estrella de David en la pared de la vivienda. También escribió "Viva el Rey Mesías" y dibujó una corona en el muro que rodeaba las casas. La vivienda de Mamoun sufrió graves daños como resultado del incendio.
Ben-Uliel luego se dirigió a la casa de Saed y Reham Dawabsheh, donde, después de no lograr abrir dos ventanas, pudo abrir otra de un dormitorio donde dormía toda la familia y arrojó el segundo cóctel molotov. Después de cometer el hecho, se dio a la fuga.
El fuego alcanzó a los cuatro miembros de la familia. Saed y Reham lograron escapar de la casa, el niño Ahmed pudo llegar hasta la puerta y el bebé permaneció dentro de la vivienda en llamas.
Los vecinos que llegaron al lugar llevaron a los padres y a Ahmed al hospital en estado crítico. Todos ellos sufrieron graves quemaduras en su cuerpo. Ali no pudo ser rescatado de la casa en llamas hasta que los bomberos arribaron al lugar y apagaron el fuego.
Ali Dawabsheh, de 18 meses, murió en el incendio. Su padre Saed sucumbió a sus heridas ocho días después del ataque, en tanto que su madre Reham falleció cinco semanas después de la muerte de su marido. Ahmed sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en el 60 por ciento de su cuerpo.