En puntos volátiles de Cisjordania, Israel instalo armas robóticas que pueden disparar gases lacrimógenos, granadas aturdidoras y balas con punta de esponja contra manifestantes palestinos.
Estas armas, situadas sobre un abarrotado campo de refugiados palestino y en una ciudad conflictiva de Cisjordania, utilizan inteligencia artificial para rastrear objetivos. Según el Estado judío, esta tecnología salva vidas, tanto israelíes como palestinas. Pero los críticos ven un paso más hacia una realidad distópica en la que Israel perfecciona su ocupación indefinida de los palestinos mientras mantiene a sus soldados fuera de peligro.
5 צפייה בגלריה
Dos pistolas robóticas se sitúan en lo alto de una torre de vigilancia erizada de cámaras que apuntan al campo de refugiados de Aroub, en Cisjordania, el jueves 6 de octubre de 2022.
(AP)
Cisjordania es la zona donde los disturbios más aumentaron durante lo que fue el año más mortífero desde 2006. La victoria de la alianza de línea dura del ex primer ministro Benjamín Netanyahu, que incluye un partido de extrema derecha, suscitó la preocupación de que haya más violencia.
Por esto, recientemente se instalaron dos torretas, cada una de ellas equipada con una lente de vigilancia y cañón de pistola, en una torre de vigilancia erizada de cámaras que dominan el campo de refugiados de Al-Aroub, al sur de Cisjordania. Cuando los jóvenes manifestantes salen a la calle lanzando piedras y bombas incendiarias contra soldados israelíes, las armas robóticas les lanzan gases lacrimógenos o balas con punta de esponja.
Hace aproximadamente un mes, el ejército también colocó los robots en la ciudad de Hebrón, donde los soldados suelen enfrentarse a los residentes palestinos que lanzan piedras. El ejército se negó a comentar sus planes de desplegar el sistema en otros lugares de Cisjordania.
El activista palestino Issa Amro comentó que los residentes de Hebrón temen que la nueva arma pueda ser utilizada indebidamente o pirateada sin rendir cuentas en situaciones potencialmente letales. La gente también se resiente de lo que, según ellos, es una prueba de armamento con civiles.
5 צפייה בגלריה
Los palestinos pasan por delante de una torre de vigilancia militar israelí con dos armas robóticas y cámaras de vigilancia en el campo de refugiados de Aroub, en Cisjordania.
(AP)
"No se trata de un entrenamiento y una simulación para empresas israelíes", sostuvo. "Esto es algo nuevo que debe detenerse", sumó Amro.
No hay soldados junto a las máquinas. En su lugar, las armas se manejan por control remoto. Con sólo pulsar un botón, los soldados enclavados en una torre de vigilancia pueden disparar a los objetivos seleccionados.
Según los residentes de Al-Aroub, las nuevas torretas empaparon de gas el campamento de la ladera varias veces.
"No abrimos la ventana, no abrimos la puerta. Sabemos que no debemos abrir nada", planteó el comerciante Hussein al-Muzyeen.
Las armas robóticas están cada vez más presentes en todo el mundo, y los ejércitos están ampliando el uso de drones para llevar a cabo ataques letales desde Ucrania hasta Etiopía. Armas por control remoto como el sistema israelí en Cisjordania fueron utilizadas por Estados Unidos en Irak, por Corea del Sur en la frontera con Corea del Norte y por varios grupos rebeldes sirios.
Israel, conocido por sus avanzadas tecnologías militares, se encuentra entre los principales productores mundiales de aviones no tripulados capaces de lanzar misiles guiados de precisión. De hecho, construyó una valla a lo largo de su frontera con la Franja de Gaza equipada con radares y sensores subterráneos y submarinos. En tierra, utiliza un vehículo robótico, equipado con cámaras y ametralladoras, para patrullar las volátiles fronteras. El ejército también prueba y utiliza tecnología de vigilancia de última generación, como el reconocimiento facial y la recogida de datos biométricos de los palestinos.
5 צפייה בגלריה
Una torre de vigilancia militar israelí con dos armas robóticas y cámaras de vigilancia en el campo de refugiados de Aroub, en Cisjordania.
(AP)
Las torretas de Al-Aroub fueron construidas por Smart Shooter, una empresa que fabrica "sistemas de control de fuego" que, según dice, "aumentan significativamente la precisión, la letalidad y el conocimiento de la situación de las armas pequeñas". La empresa tiene contratos con docenas de ejércitos de todo el mundo, incluido el de Estados Unidos.
En su intervención en la sede de la empresa en el kibutz Yagur, en el norte de Israel, el director ejecutivo Michal Mor manifestó que el arma requiere una selección humana de los objetivos y las municiones.
"Siempre hay un hombre en el bucle que toma la decisión sobre el objetivo legítimo", comentó.
Además, agregó que el sistema minimiza las bajas al distanciar a los soldados de la violencia y limita los daños colaterales al ser mas preciso.
Por otro lado, según el ejército, estas salvaguardias minimizan el riesgo para los soldados y mejoran la supervisión de sus actividades.
Pero Omar Shakir, director para Israel y Palestina de Human Rights Watch, planteó que Israel está en un "deslizamiento hacia la deshumanización digital de los sistemas de armas". Al utilizar estas tecnologías, Shakir sostuvo que Israel está creando "un polvorín para el abuso de los derechos humanos".
En Al-Aroub, los residentes dicen que las máquinas disparan sin previo aviso.
"Es muy rápido, incluso más que los soldados", verbalizó Kamel Abu Hishesh, un estudiante de 19 años. Describió los enfrentamientos casi nocturnos en los que los soldados irrumpen en el campamento mientras el cañón automatizado dispara gas lacrimógeno arriba y abajo de la colina.
Paul Scharre, vicepresidente del centro de estudios de Washington Center for a New American Security y antiguo francotirador del ejército estadounidense, expresó que sin emoción y con mejor puntería, los sistemas automatizados pueden reducir potencialmente la violencia.
Pero también advirtió que la ausencia de normas internacionales para los "robots asesinos" es problemática.
De lo contrario, según él, "es sólo cuestión de tiempo que estos sistemas automatizados estén equipados para usar la fuerza mortal".
