Israel y Sudáfrica se encaminan hacia una ruptura de relaciones diplomáticas. Aunque el gobierno sudafricano había sido crítico con Israel antes de la guerra, desde entonces se ha puesto firmemente del lado de Hamás e indicó que estaba considerando retirar al encargado de negocios de la embajada en Tel Aviv, regresarlo a Pretoria y poner fin a las relaciones entre los dos países.
La Ministra de Asuntos Exteriores, Naledi Pandor, que habló con los líderes de Hamás al comienzo de la guerra, culpó a Israel de la masacre y dijo que Hamás mató a 1.400 soldados y colonos el 7 de octubre. También pidió que el Primer Ministro Benjamín Netanyahu fuera procesado por la Corte Penal Internacional. por crímenes de guerra.
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Naledi Pandor, ministra de Relaciones Exteriores de Sudáfrica
(Foto: Nic Bothma/Reuters)
En 2018, el gobierno sudafricano retiró a su enviado en Israel y desde entonces no ha asignado ningún diplomático para el puesto, en protesta por los ataques israelíes a Gaza, y dijo que las relaciones diplomáticas con Israel estaban bajo revisión.
El gobierno de Pretoria también mantiene buenas relaciones con Irán y jugó un papel decisivo en los llamamientos para incluir a Irán, junto con otras seis naciones, en el bloque económico BRICS, que incluye a Brasil, Rusia, China e India, así como a Sudáfrica. Pandor visitó Teherán en octubre.
Pandor lidera un ala radical del ANC que se opone al presidente Cyril Ramphosa. El país tiene una población musulmana de entre cinco y siete millones y ha impulsado la política del ANC de apoyar a grupos de liberación nacional, como los palestinos y países como Cuba, Venezuela e Irán.
Pero el gobierno también tiene una economía capitalista que depende, en gran medida, de la cooperación con Occidente, y por eso evitó ser identificado con países vistos como el "eje del mal", deseando seguir recibiendo beneficios económicos de Estados Unidos que le permitan exportar bienes bajo condiciones favorables.
Los vínculos con Hamás fueron buenos durante muchos años y, en 2015, una delegación del grupo terrorista visitó la nación africana por invitación del entonces presidente Jacob Zuma, lo que generó ira, tanto en Israel como en la Autoridad Palestina. Hamás también tiene una oficina política en Ciudad del Cabo, aunque el gobierno de Pretoria niega su existencia.
Después de la protesta de la comunidad judía local, el presidente Ramphosa condenó "la brutal matanza de civiles por parte de Hamás", pero también expresó su apoyo al "pueblo oprimido en Palestina".
El Ministerio de Asuntos Exteriores pidió la liberación de los rehenes retenidos en Gaza, pero llamó a las víctimas de la masacre del 7 de octubre "soldados y colonos". La comunidad judía criticó duramente al gobierno y pidió que se condene a Hamás.
El embajador de Israel en Sudáfrica, Eliav Belotsercovsky, fue convocado al Ministerio de Asuntos Exteriores para explicar unos comentarios que hizo y que Pretoria describió como despectivos hacia el gobierno. El Ministerio dijo que estaba considerando la expulsión del embajador, aunque a algunos funcionarios les preocupaba que tal medida enfadara a Estados Unidos y pusiera fin a la participación de Sudáfrica en la Ley de Crecimiento y Oportunidades para África (AGOA), que podría resultar en la pérdida de puestos de trabajo para decenas de miles de sudafricanos empleados por empresas de propiedad estadounidense y pondría fin a las inversiones de ese pais.
Los partidos parlamentarios de oposición, que ocupan 120 de los 460 escaños parlamentarios, han expresado su apoyo a Israel.